...Pedagogía de la Esperanza, de la Autonomía, de la Indignación...
de una Libertad posible para todo el mundo
Paulo Freire,
incansablemente, como los pueblos lo requieren, sigue liberando la educación y
manteniéndola del lado de la liberación humana y de la justicia social plena.
Justicia simple, sin ambigüedades. Las fuerzas de la globalización, mercenarias
en su esencia y objetivos ( si no lo creemos, miremos como es tratada la
educación por los poderosos y como los saberes son manipulados en busca de
obediencia, de docilidad social y de aceptación del lucro que el silencio
pretende comprar.
Su lucha fue enorme: quienes
lo miren como un simple educador pierden la dimensión revolucionaria de su
actuar. Y revolucionaria en cuanto a que buscó el cambio interno, la
comprensión seguida de la acción liberadora de la educación. Sin compromisos. Pero no era solo la liberación
personal, simplista auto-purificadora. Propuso la libertad objetiva: la que
libera al miserable, al oprimido y transforma las sociedades en fraternas y
respetables.
La (dizque) revolución
informática es importante en la posibilidad de acceder a información de forma
masiva -aunque no tanto porque el
poder no lo acepta… ver caso repetitivo de la Inquisición contra “wikileaks” y equivalentes
que los gobiernos criminalizan… por informar. Esta “revolución” no logra buscar
esas libertades. Las esconde bajo cantidad y facilitando los beneficios de los
que tienen poder. Y quieren tener más. Los poseedores ese poder, la usan para
impedir las verdaderas formas liberadoras de la educación. Incluso en el
sentido tecnológico. Las tecnologías que deberían ser liberadoras siguen
empujando en la dirección de la usufructo, de esas ganancia inmorales,
agresivas y del poder.
No es por nada que todo
magnate y sector pudiente intenta controlar la información –radios, diarios,
revistas, TV, Internet- como forma de aumentar su poder, riqueza y de impedir
la verdadera educación que libere a los pueblos sometidos. Y así, tenemos negocios
educacionales en manos mercenarias, de tiranos y lumpen de las dictaduras. (El
caso de Chile es ejemplificador) Las grandes empresas, las que logran cubrirse
con sayos de cierta imparcialidad (sin necesariamente merecerlos) también lo
hacen… y empujan el carro de la inequidad. Ni la tecnología de alto vuelo, o la
medicina y la salud logran alcanzar los objetivos más simples que han sido
posibles desde hace tantas décadas pero que se mantienen alejadas de esos
objetivos porque la educación, en su forma capitalista, demoledora, no logra
socializar los avances ni producir los campos de igualdad y de justicia
fundamentales. Por ello mismo, las industrias de guerra (de uno de los niveles
más altos de complejidad técnica y del conocimiento, siguen sirviendo a los
sectores guerreristas.
Es bueno saber que muchos de los grandes proyectos educacionales, por los tiempos de globalización mercenarios y ultra-retrógrados que se viven, han ido sufriendo y los tratan de enterrar. Pero eso no cambia el valor de la obra de Freire. sigue siendo el estímulo necesario. Su obra debería estar en cada escuela, universidad. Para evitar que la escondan, debemos hablar de ella, abrirla a cielo abierto. Es luchar por los derechos humanos en su expresión más básica.
Bueno es recordar lo que
Pablo Freire dijera hasta sus últimos momentos, sin eufemismos y sin esconderse
tras un tecnicismo pseudo educacional ni en aceptar los “mecenas de la
educación” que manipulan las sociedades globalizadas
“Cuando hablo de la educación como una intervención me refiero
tanto a que busca cambios radicales en la sociedad en el campo de la economía,
de las relaciones humanas, de la propiedad, del derecho al trabajo, a la
tierra, a salud, como a que, por el contrario, puede pretender ser su opuesto,
manteniendo reaccionariamente inmóvil la historia y todo un orden injusto”.
PAULO FREIRE 1996 – Pedagogía de la Autonomía (http://books.google.com.mx/books/about/Pedagog%C3%ADa_de_la_Autonom%C3%ADa.html?id=OYK4bZG6hxkC&redir_esc=y)
Al fin de su vida, en sus “Cartas (o Pedagogía) de la
indignación”, Freire confirma su pensamiento y vuelve a dejar su mensaje
liberador… que es la mejor educación posible.
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