...pero no en
el Chile oficial que mantiene la sociedad post dictadura.
Ni en el caso de imposiciones por guerra de saqueo contra Bolivia ni aquellas del Despojo contra el pueblo Mapuche
Aunque tarde, la Justicia sí puede llevarse a cabo. Se necesita de una
actitud digna, que se compromete con los derechos fundamentales de las
personas.
En Argentina la justicia sigue ocurriendo. Aunque el establecimiento
político chileno trata de demonizar a Argentina "porque económicamente
tienen un gran problema" sin reconocer que las virtudes en Chile están
hechas de falsas estadísticas. Sin embargo, no sólo los salarios argentinos son
más dignos y estables (de lejos) sino que, además, la justicia rompió el cordón
umbilical con un Estado coludido con el sistema económico de la dictadura y con
sus crímenes. No es el ideal pero, no nos equivoquemos, que Chile viola cada
tratado y acuerdo que pueda existir o haya existido que tenga el menor sabor a
derechos de los trabajadores. O se inventa "tratados".
Los tratados, igualmente hechos con los Mapuches los violaron todos
(Tapihue 1825 que respetaba las tierras del pueblo y nación Mapuche) no sólo
fue violado sino que fue seguido del intento de genocidio contra el pueblo
Mapuche y que, si bien no les resultó, si lograron implementar un DESPOJO
inmoral y poner a todo un pueblo en el margen de la vida social decente.
O del "tratado" en 1891, en el Cerro Ñielol. Ese momento
marcó el DESPOJO LEGAL que imponía el Estado de Chile. "El Parlamento de
La Patagua, en el cerro Ñielol en
que los Mapuche le entregaban la tierra al Ministro Recabarren para que fundara
Temuco, nunca existió” (José Bengoa: "Historia de un conflicto. El Estado
y los Mapuches en el siglo XX" Editorial Planeta, pág. ISBN956-247-241-8
) Chile invadió, avanzando
desde Angol, lo que era la zona Mapuche más poblada, al sur del Bio-Bio. Y así
instalaron el Fuerte de Temuco, tomando tierras y desplazando las rucas y
viviendas mapuche a la orilla del río Cautín. Siguió el despojo adicional con el robo de tierras y dejando
a las comunidades mapuche en un sistema de reducciones que determinaron vivir
en espacios de tierra que no permitían la subsistencia de esas familias. Chile pretendió, con un Tratado que
nunca existió, imponer una legitimidad falsa. Ahora lo invocan, curiosamente, y
juegan a que Chile "respeta sus tratados". Las tierras de Tantauco
(Chiloé) fueron compradas nada menos que por el Presidente Piñera antes de ser
elegido, lo fueron violando tratados que sí existieron, . Y hoy, como siempre
ha hecho el establecimiento político, esconde con el silencio esos fraudes sociales
e ilegales.
Así, cuando el Presidente pretende una respetabilidad nacional
inexistente, recordemos que CHILE NO RESPETA "sus tratados", por lo
menos ese Chile oficial, este Estado que manipula y reprime hasta el extremo
cuando lo necesita. Lo que se hizo
con Bolivia no es diferente de lo hecho con el pueblo Mapuche, o de las
apropiaciones hechas por las forestales o de muchas minas, siempre a costillas
de las comunidades y con el precio adicional de destruir el medio ambiente y la
vida hacia futuro en esas zona. Bolivia denuncia hechos reales que el
Presidente y sus asociados esconden. Y los "tratados o acuerdos" con
las comunidades y sectores de la sociedad civil -estudiantes, pescadores,
Aysén, etc.- también son violados regularmente.
Las colusiones y las presiones que el Ejecutivo chileno realiza a
diario, contra los mapuche y a favor de fraudes siniestros contra miles y
millones de chilenos del pueblo, son la evidencia del por qué no avanzamos en
el camino de la justicia. Agua, minas, forestales, Mar y pesca, energía,
protección social son cada vez más parte del botín que el modelo pinochetista
designó como indispensable para una clase.
El empobrecimiento y maltrato al pueblo Mapuche continúa en la misma
dirección de la dictadura. Y, cuando el presidente habla de que "Chile
respeta los tratados", refiriéndose a Bolivia, debemos recordar que toda
esa es una historia de abuso, matonaje. Fueron solo el resultado de actos
de guerra y nunca de tratados voluntarios. El matonaje de los sectores del
poder político-económico-social siguen intactos.
Nos queda un largo camino por recorrer para que seamos un país democrático
y con equidad. Entre tanto, los magnates siguen mintiendo, violando el derecho
de información y enredados en los inmensos conflictos de interés que bien conocemos.
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