Las organizaciones internacionales y los pueblos van encontrando las formas de un actuar eficiente que promueva la defensa de los derechos de todos los pueblos, de sus grupos etários, de género y de desarrollo con equidad social y con un gran respeto por la naturaleza, el medio ambiente y el futuro.
Es importante
el paso dado: implica una responsabilidad de UNICEF y del pueblo Mapuche ante
Chile y el mundo. Este organismo internacional cuya tarea central es la
protección de la infancia y adolescencia entra en una fase superior, esperamos
mucho más eficiente en el apoyo a los sectores más pobres de nuestro país. Esta
pobreza extrema y represión histórica se han debido a varios factores: el lucro
de un sector que se pretende dueño del país y de su destino. Y eso, en el tiempo, llegó a
valoraciones racistas que se han establecido en muchos sectores nacionales.
Este acuerdo busca mirar a este presente, es decir, el hoy día; también evaluar
las injusticias históricas que han impedido los derechos de la infancia -en
Chile el caso Mapuche es el más dramático por la represión y exclusión
histórico de todo tipo de derechos- y que debe promover urgentemente que sus
derechos sean considerados prioritarios hacia el futuro. Esto incluye el
respeto como nación, como cultura que tiene un idioma, derechos, territorio y
los recursos naturales que aseguren la calidad de vida de todo un pueblo. Para
ello, deben proteger el medio ambiente que siempre ha sido una de las
cualidades importantes de los pueblos originarios, que se oponen a la
destrucción de la naturaleza, la tierra, el agua y del futuro. La salud, la
educación, el agua, los recursos, el apoyo técnico y, por sobre todo, el
reconocimiento y la práctica que permita que el pueblo mapuche sea parte de su
destino. Esto incluye que el Convenio 169 de la OIT y todos los convenios internacionales
que promueven esta acción de justicia esencial sean eficientemente puestos en
marcha.
En la medida
que esta formidable agenda y compromiso se respeten y avancen, estaremos
asegurando el futuro que todo pueblo necesita. Pero es una relación dinámica y
no una salida acomodaticia para nadie. las manipulaciones que gobiernos,
partidos políticos y bloques económicos, con sus expresiones mundiales como la
Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial o el Fondo Monetario
Internacional que han sido poderosos violadores de los derechos anteriormente
mencionados.
Es un acuerdo
cuyo respeto será lo que permita su mantención y fortalecimiento. Las presiones
de los “diversos imperios” internacionales y grupos socio-económicos, que
determinan políticas que afectan los derechos humanos y controlan gobiernos
deben ser observadas con cuidado. Cuando la Salud es alterada porque hay
gobiernos que presionan para que, por ejemplo, se defina que los medicamentos
para el SIDA sean solo los de marcas protegidas privadas. Eso, por sí solo,
determina la muerte para millones de personas donde la prevalencia del virus
VIH es alta y entre los pobres del mundo; Que la educación se defina según las
medidas impuestas por países que pueden bloquear incluso el presupuesto de
UNESCO (Organización de las naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)
–para no asegurar justicia social en este terreno. El caso de Chile es uno de
los más flagrantes dado que por 20 años los gobiernos post dictadura han
violado estos principios. Más aún, en este último gobierno se ha llegado a una
crisis mayor. En e caso del pueblo mapuche se debe priorizar la educación en el
contexto de la participación del pueblo mapuche para su propia educación y no
un sistema de información impuesto sin incluir los valores determinantes de
este pueblo.
El que este acuerdo sea un éxito
será responsabilidad de la sociedad civil toda. En Chile y el mundo.
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