El artículo de Alejandro Lavquén, es una breve discusión sobre la Clase política y la corrupción en Chile. Presenta un diagnóstico breve, con un tratamiento simple y democrtico al que, por supuesto desde ambos lados del "circo político" oficial: la Derecha UDI-RN y de la Derecha-Nueva Mayoría (o dizque-izquierda), se oponen a muerte. Los movimientos de zarzuela del fraude son vergonzosos y hay que denunciarlos hasta que se de una solución aceptable. Es decir, una Asamblea Constituyente hecha en forma democrática y no con las promesas y garantías de la Presidenta que ni siqueira ha podido resolver los problemas domiciliarios y familiares en lo que a corrupción y abuso se refiere. Aún menos pueden apaciguar la indignación colectiva la ceguera y silencio del gobierno cuando los mismos magnates que imponen super-explotación y destrucción ecológica del país no sólo se ríen cuando sale un juicio contrario a ellos: Usan a gusto, una represión brutal que dirige y manda el gobierno. Mientras, los administradores del sistema se llenan las manos y la reciben de los mismos billonarios. Jose Venturelli
LA CLASE POLÍ TICA CHILENA: MALEADOS SIN REMEDIO
Por Alejandro Lavquén Enviada por Charquicán:
Como una manera de reparar (así se entiende) el daño causado al gobierno, por el escándalo del caso Caval, donde se vio involucrado el hijo de la presidenta Michelle Bachelet, ésta decidió convocar, según indica la prensa, "a una comisión de expertos que elaboren una serie de propuestas tendientes a "elevar los estándares" respecto de la relación entre dinero y política" . Dicho sin eufemismos, a "transparentar" las oscuras relaciones entre políticos y empresarios. Recordemos, además del caso Caval, el caso Penta y el caso Soquimich, entre otros. Cuando uno lee sobre la famosa comisión no sabe si la presidenta y sus asesores son ingenuos, sufren de ansiedad, quieren tapar el sol con un dedo o siguen pensando que todos los chilenos somos idiotas. Lo que sucede no es un problema de comisiones más o menos, que, en honor a la verdad, nunca dan los resultados esperados ¿Ustedes creen que con una comisión, como la que se pretende, los senadores, diputados, autoridades y dirigentes de los partidos políticos dejarán de realizar sus chanchullos? Por supuesto que no lo harán. La clase política chilena, que controla el país, está maleada sin remedio. Los empresarios hace mucho que los compraron de diferentes maneras y a diferentes precios. Aquí no se necesitan comisiones, lo que se necesita es que se apliquen las leyes existentes y se encarcele a los delincuentes y corruptos que las violen. Punto. La corrupción de la clase política y empresarial siempre ha sido un secreto a voces. Son estafadores profesionales. Aparte de los casos citados, hagamos memoria del Mop-Gate, Inverlink, La Polar, Farmacias, Transantiago y un largo etcétera.
La clase política chilena debe ser la más hipócrita y sinvergüenza del continente. Sobre todo la perteneciente a la Concertación –hoy Nueva Mayoría-. Porque la derecha,, en todas sus etapas históricas, sabemos que ha sido siempre corrupta y ha provocado los peores daños al pueblo chileno: explotación, asesinatos, desapariciones, torturas. La Concertación se desclasó a contar del gobierno de Patricio Aylwin y alcanzó diploma de honor con el presidente Ricardo Lagos Escobar. En eso los ex Mapu, y el "Partido Socialista" , llevaron la guaripola. Hicieron la vista gorda al "saqueo de los grupos económicos al Estado de Chile" , a cambio de ser partícipes en los negocios del empresariado que en ese momento controlaba, y controla aún, la economía nacional, negándose a revisar las privatizaciones fraudulentas llevadas a cabo durante la dictadura. Es más, siguieron privatizando con un desparpajo digno de un discípulo de los Borgia. Ante este panorama, sólo una nueva Constitución (no una "reformada" ), redactada por una asamblea constituyente y aprobada vía plebiscito nacional es la solución. El parlamento no da el ancho para concretar un Constitución verdaderamente democrática. El parlamento es una manzana podrida.
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ReplyDeleteLa dictadura cívico-militar le dejó una pesada herencia al pueblo chileno. Hoy, a un cuarto de siglo del mal llamado retorno a la democracia, el país se encuentra en manos de los grandes grupos económicos y la clase política no es más que socia o testaferro de ellos. Pero lo que me parece más grave aún es que existen dos generaciones de chilenos que han nacido y crecido bajo este régimen neoliberal. Para éstos, el Estado es el Mercado, y se consideran a sí mismos consumidores antes que ciudadanos. Mal que nos pese a quienes tenemos unos años junto con unas ideas progresistas en serio, es harto difícil que el pueblo chileno desee un cambio real, de fondo. Si hasta ignoran que están mal, si hasta desconocen que su país es poco más que un enclave exportador de materias primas. A mi entender, que no es mucho, sólo una catástrofe económica internacional le proporcionaría una oportunidad de cambio a Chile. De un lavado de cerebro tan minucioso como el realizado por la dictadura no se sale si no es con brutoterapia.
ReplyDeleteGracias por su artículo, Dr. Venturelli. Lúcido y sin contemplaciones. Como debe ser.