Los juicios contra el pueblo Mapuche y sus aliados son repetidos hasta que se los condena. Un caso en actual evolución
Hoy se inició la tercera semana de un juicio
contra Emilio Berkhoff que da vergüenza ajena. Un juicio que viola el Debido Proceso y que ya el Tribuna
en Cañete y la Corte Suprema, además del Tribunal Constitucional han rechazado
porque el juicio es una persecución política en la que los montajes y la
ausencia de evidencias son centrales. Los "testigos protegidos" ni
siquiera son juramentados y, por lo mismo, violando el principio de igualdad
ante la ley, son ilegales ni pueden ser contra-interrogados por la defensa. Es
una monstruosidad del tipo de aquellas Cortes Marciales que en los primeros
años de la dictadura permitieron desaparecer y asesinar impunemente a los
perseguidos políticos. Obviamente no hay progreso en el manejo de Justicia. La
justicia no sólo debe ser justa, sino también parecerlo. Es inaudito que en
esos términos el Tribunal se pueda prestar para un escándalo de este tipo.
Tuve la oportunidad de
ir a ese juicio en los dos primeros días y era evidente de que la Fiscalía y
los abogados que la acompañan están lanzados en una nueva violación del Derecho
Penal. Los "testimonios" son de oídas: los detectives y carabineros
relatan lo que los llamados "testigos con reserva de identidad o
protegidos" no se atreven a decir. Es decir, se trata de una memorización
por los detectives y carabineros -ya fuera de lo son sus funciones legales en
un proceso. Dicen estos "transmisores" que juran decir sólo lo que
escucharon... Incluso, si así fuese, no hay respeto del Debido Proceso y, mucho
menos, estos "testigos de oídas" no pueden asegurar la veracidad de
estos sus "testigos" que ni siquiera son juramentados. No hay otra
información sino esta, de "testigos de oídas". Y en este juego ya lo
han mantenido cerca de dos años presos. Igual que con los dirigentes Mapuche
frente a los cuales solo se les persigue porque existen en Chile magnates que
usan y abusan sus tierras, especialmente las forestales, y otras empresas que
destruyen el medio ambiente, el agua, la tierra.
El Estado está
presente en esta farsa de justicia: Con la ausencia de evidencia y el dictamen
de la Corte Suprema el Estado debería de haber cancelado su
participación. Pero hay abogados representando al Estado (La fiscalía que
funciona como verdadero instigador y que insiste en dar 30 o más años de cárcel
a una persona a la que no le logran demostrar nada). Hay representación de
abogados para la Gobernación y para la Intendencia Regional. Todos, en
forma obcecada e ilógica demonizan a una persona por razones políticas y sobre
el cual no existen pruebas de acción de delincuencia. Piden 30 años
contra él y se le va a imponer a sus dos hijos (2 y 4 años), a su esposa y
abuelos una condena brutal e injustificable. Se viola el dictamen de el
Tribunal y de la Corte Suprema así como el veredicto del Tribunal
Constitucional que, pese a no ser un organismos democráticamente legitimado,
también encuentra que el juicio es una aberración. No es posible que la
justicia en Chile pueda jugar con la vida de las familias simplemente por el
hecho que se pone al servicio de la forestales, las que sí tienen abogados
participando en esta zarzuela de justicia.
La familia Berkhoff: perseguida política con juicios ilegales en Cañete. Absuelto varias veces ya... De Azkintuwe. |
Hoy, Lunes, fue el
último día que la Fiscalía continuó con sus "testigos de oídas"
tratando de obtener una condena ilegal. Mañana es la Defensa, el Miércoles el
tribunal discute el caso y el Jueves se daría el Veredicto.
Una nueva vergüenza es
lo que tenemos ante nosotros. Lo delicado es que este "nuevo juicio",
que también viola el principio de "Materia Juzgada", no ha tenido
mucha prensa y la van tratar de pasar sin mucho ruido. Ya tenemos el antecedente
de las condenas contra Nicolás Pichún, Patricia Troncoso, y otros, hace diez
años (y que la Corte de Derechos Humanos de Costa Rica recientemente dictaminó
de haber sido un juicio ilegal y sin fundamentos). Lo mismo fue el caso con los
cuatro condenados de Cañete (2010) - Hector Llaitul, Jonathan Huillical, José
Huenuche y Ramón Llanquileo- cuyo juicio fue catalogado por
observadores nacionales e internacionales como juicios donde la prevaricación
fue total y que solo se escucharon los dichos de testigos protegidos. Allí se
trató de demostrar un "atentado contra el Fiscal Elgueta" que ni
siquiera pudieron demostrar que hubiese sido herido. Los "testigos sin
rostro" siguen siendo una modalidad de la "justicia a la
chilena" y que todos debemos denunciar.
Es importante que esto
se discuta: La justicia no es tal si no es desafiada en situaciones de tan
abierta inmoralidad. Quienes acepten esta violación tan seria, ellos mismos, no
podrán pasar desapercibidos. Está en juego la dignidad de la justicia y de cada
uno de nosotros, los que buscamos un país justo y honrado. La discusión de
apertura del abogado defensor, Jaime Pacheco, luego del ataque inicial de
criminalización injustificada y de la condena pedida por el Fiscal Hermosilla,
fue un resumen de lo que la justicia debe ser. Un modelo de exigencia de los
derechos humanos y de la igualdad fundamental en justicia. Nada hay en la
presentación de la Fiscalía que pueda corresponder a un verdadero juicio: es
solo la forma escondida de atacar de un Estado represivo contra un individuo
que apoya los justos derechos del pueblo Mapuche.
José Venturelli,
Pediatra
Miembro del Departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico de Chile
Miembro del Departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico de Chile
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