Friday, September 2, 2011

Las huelgas de hambre, el Ministro de Salud y sus metidas de pata…

José Venturelli, Profesor Emério, Facultad de Medicina, Universidad McMaster, Canadá 02 09 2011 En un artículo publica en varios medios y en Radio U de Chile (http://radio.uchile.cl/noticias/120106/) pone una serie de despropósitos que los comentarios allí hacen polvo por absurdos y faltos a la ética profesional. Y hay más. Que el Ministro (¡de salud!, para mayor espanto), use el desprecio contra aquellos que puedan presentar críticas a un sistema tan imperfecto como es la sociedad chilena y los que manejan el poder, y diga que los huelguistas “no hicieron la huelga” es “normal” (pese a bajar sobre 10-12 kilos). Sí,… normalmente torpe y políticamente poco inteligente. También establece desprecio e insulta a los que se ven forzados a luchar por una educación humana, de calidad y que responda a lo que el mundo establece: que es un derecho inalienable. (a diferencia de lo que cuatro pelagatos millonarios ignorantes adoren: la diosa del lucro) Nótese que el Liceo de Buin es el más grande Chile… y el de peor rendimiento y pobreza financiera en el país. Es él mismo Ministro quien dijera (en otra huelga de hambre, la segunda huelga larga Mapuche que retornaban al ayuno-protesta luego que el gobierno, del mismo gobierno del Dr. Jaime Mañalich, incumpliera e hiciera mofa de sus promesas) que “no era necesario hacer nada hasta los 50-60 días con estas huelgas”. De hecho él se movió hacia el día 65. A renglón seguido, pomposamente declaró “que tenemos mucha experiencia en huelgas de hambre”… Curioso que un médico con experiencia en el campo administrativo de una institución altamente privada –la Clínica Las Condes- pretenda dominar el terreno de la ética médica en la que muestra no tener dedos para pianista. Imagino que hablaba de la experiencia estatal para no escuchar, para no prevenir estas huelgas poniendo solución a los urgentes petitorios de la sociedad y para no respetar las normas éticas del problema. Las soluciones de dichas huelgas son éticas y políticas. Margaret Thatcher estaba profundamente equivocada y, como era represiva, violó códigos éticos y a los presos les empujaba a morir. El despreciar las huelgas por que “quienes las hacen son cobardes y no las llevan hasta la muerte”, como dijo otra luminaria de este gobierno de irresponsables des-ilustrados, es morboso y errado. Fuera de esto, en varias oportunidades, desde su ministerio, se da eco a los sectores más represivos del Estado y gobierno, de violar los principios de la Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial, forzando la alimentación. Esto ya se ha hecho en Chile en muchas oportunidades, incluso durante el gobierno Bachelet con los presos Mapuche, con violencia y tortura y, en este gobierno, con los presos del mal llamado caso bombas que fueron tratados en la misma forma. Esa decisión fue bajo supervisión y dirección del Ministro del Interior (Para no culpar al de Salud que ya tiene suficiente lastres que acarrear) Poco educados, demasiado pensamiento represivo y un cero en ética médica para un equipo que no sabe demostrar respetar a nuestros pueblos. Importante es identificar que el Ministro, además, parece despreciar a todos los sectores… Por ejemplo, en Caimanes, donde el Klan económico Luksic, el más poderoso del país, ha establecido una amenaza a la vida de una comunidad mediante el desarrollo de un sistema de relave de residuos minerales de su gigantesca mina de cobre, que envenena de potentes tóxicos el agua de la región. Hay allí enorme riesgo que el tranque hecho para ello, pudiese romperse (lo que sucede y que el llamado Klan nada ha hecho para modificar su riesgo) y literalmente, pueda hacer desparecer a toda esa comunidad. Tampoco se escuchó a los comuneros de Caimanes, echándole juicios, perros y policías encima. Con un Estado sordo, brutalmente reprimidos … ¿es la decisión de los comuneros algo trivial? ¡Si el Klan estableció querellas contra los abogados que defendían a los comuneros de Caimanes! Y la agresión al medio ambiente y a los comuneros de allí sigue, sin que el gobierno, por supuesto haga nada para corregirlo. En ese caso, el Ministro imitó al Presidente: se escondió y quedó callado, otorgando a que la represión fuera determinantes. Falta madurez y demasiado sesgo politiquero.

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