Friday, September 16, 2011


Los Poderes del Estado no resuelven la injusticia en Chile…


La obediencia ciega a las imposiciones de estos, tampoco.

Dr. José Venturelli, Vocero, CECT (Secretariado Europeo)            16 Septiembre 2011

La realidad de las cuestiones que el pueblo de Chile se plantea, en todos sus sectores, es que estas no pueden ser resueltas por las estructuras actuales. Los tres poderes fueron diseñados para no hacerlo: su objetivo ha sido y es mantener un país dedicado a asegurar una estructura de inequidad con el lucro y la exclusión como normas funcionales permanentes. Por ello, es necesario plantearse caminos de soluciones reales. En un plazo que respete los derechos de todos los habitantes del país, en todo los sectores, y que efectivamente entregue los derechos fundamentales hoy ausentes y que generan en forma creciente luchas sociales intensas irrenunciables. No más ya un país para los pocos que controlaron la dictadura y que hoy, mediante una Constitución ilegítima eternizada y los poderes que ella establece, junto a su aparato represivo aseguran que nada se cambia de ese camino, diseñado por el dictador mismo. Debemos preguntarnos sobre las alternativas que debemos seguir y sobre las cuales tendremos que unirnos, en tiempos reales, humanos y sociales, en acuerdos básicos.  Los derechos ausentes deben ser establecidos como metas inmediatas. Con plazos que permita a los excluidos ser ciudadanos a pleno derecho y no seguir, como lo vemos, siendo cada vez más pobres y marginados.  La demanda es por derechos fundamentales ahora. Para todos. Ahora.

·       ¿Que hacen los parlamentarios para terminar con las eternas e ineficientes sesiones sobre asuntos que violan los intereses nacionales y del pueblo y sobre las cuales no consiguen soluciones a los problemas centrales del país?  
·       ¿Los parlamentarios siguen votando en comités inútiles que no modifican o salen al frente a denunciar una Constitución hecha para expoliar al pueblo y despojar al país entero? Por eso los estudiantes rechazan discutirlos allí porque nada significativo se resuelve. Los mapuche lo han experimentado y el abuso ha sido la norma del Estado y de todos sus poderes.
·       Se necesita identificar que el círculo vicioso en el que estamos encerrados con la Constitución actual no responde a las necesidades del país: se requiere que ponga los intereses nacionales primero a todos los niveles. El gobierno no quiere resolver los problemas generados por la obsesión del lucro.


           Así, la desobediencia civil muestra un camino urgente, amplio y eficaz. 
             Nadie puede seguir criminalizando las luchas de nuestros pueblos.
·       La desobediencia civil debe ser también de quienes pretendiendo representar a todos los chilenos, se encuentran en un callejón sin salida. De estos representantes el Estado espera su silencio o aceptación tácita a cambio de una situación muy cómoda, de buenos ingresos, pero que no resuelve lo central: no sirve a Chile sino en asuntos insubstanciales que no cambian el carácter mercenario de la sociedad.
·       Si el Parlamento no es eficiente, entonces, forzar los plebiscitos y llegar a una Asamblea Constituyente que legitime una  Constitución imprescindible para nuestro avance social y democrático.  Los representantes que hayan sido elegidos con el sistema nominal, y los designados por el presidente de turno, como hoy Ena Von Baer y otros, no son legítimos ni aceptables más. Los estudiantes lo indican así y no aceptarán discutir sus demandas con quienes no tienen representatividad alguna, por mucho que los haya designado el Presidente (quien fue, a su vez elegido por un 28,6% del total potencial de electores del país). 
·       Mantener el Statu Quo, -esta "imposibilidad de salirse del cepo de la dictadura" con el que Pinochet condenó a nuestro país-, es inmoral y que no debemos aceptar ya más. 20 años post-dictadura es un exceso que sólo fue aceptado por quienes entraron en planes de colusión. No por el pueblo.
·       Los derechos fundamentales de nuestro pueblo están todos bajo esta monstruosidad leguleya: así, romper el "plan eterno" de la dictadura es una obligación colectiva: una responsabilidad histórica.
·       La salud, educación, voto universal democrático, justicia, equidad, respeto a los derechos de todos los pueblos originarios... en esta generación y no en uno o dos siglos más son demandas urgentes. La limitación del saqueo de los bienes nacionales por magnates chilenos o compañías extranjeras, la recuperación del cobre y minerales, salvar el medio ambiente, y asegurar el futuro de nuestra juventud, del mar, del aire no pueden seguir esperando la destrucción total del país para el beneficio de pocos. La adoración al fraude y el lucro como rutina deben terminar. exigimos fin a la represión. Y aún más…
·       No podemos seguir con esta farsa constitucional ni pretender que somos transparentes o que tenemos un país donde hay derechos iguales para todos y justicia. Hay un quiebre constitucional porque el esquema actual es una farsa. Para que tengamos justicia, que no la hemos tenido nunca en este largo período del oscurantismo post dictadura, quienes efectivamente quieren democracia deben actuar ahora o seguir de cómplices de los crímenes sociales que permitimos a diario.
·       Todos debemos participar en la desobediencia civil: los que se pretendan "decentes", libertarios y respetuosos de un futuro fraterno para todos y no de este circo de millonarios abusivos y blindados con la represión y sus leyes ajenas a cualquier forma de equidad social.  El pueblo todo: deberá incluir todas las áreas del quehacer de nuestro país. 
·       Es un camino a recorrer ahora: por una sociedad responsable, fraterna y de justicia para todos. 

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