Los Poderes del Estado no resuelven la injusticia en Chile…
La
obediencia ciega a las imposiciones de estos, tampoco.
Dr. José
Venturelli, Vocero, CECT (Secretariado
Europeo) 16
Septiembre 2011
La realidad de las cuestiones que el pueblo de
Chile se plantea, en todos sus sectores, es que estas no pueden ser resueltas
por las estructuras actuales. Los tres poderes fueron diseñados para no
hacerlo: su objetivo ha sido y es mantener un país dedicado a asegurar una
estructura de inequidad con el lucro y la exclusión como normas funcionales
permanentes. Por ello, es necesario plantearse caminos de soluciones reales. En
un plazo que respete los derechos de todos los habitantes del país, en todo los
sectores, y que efectivamente entregue los derechos fundamentales hoy ausentes
y que generan en forma creciente luchas sociales intensas irrenunciables. No
más ya un país para los pocos que controlaron la dictadura y que hoy, mediante
una Constitución ilegítima eternizada y los poderes que ella establece, junto a
su aparato represivo aseguran que nada se cambia de ese camino, diseñado por el
dictador mismo. Debemos preguntarnos sobre las alternativas que debemos seguir
y sobre las cuales tendremos que unirnos, en tiempos reales, humanos y
sociales, en acuerdos básicos. Los derechos ausentes deben ser establecidos
como metas inmediatas. Con plazos que permita a los excluidos ser ciudadanos a
pleno derecho y no seguir, como lo vemos, siendo cada vez más pobres y
marginados. La demanda es por derechos fundamentales ahora. Para
todos. Ahora.
· ¿Que hacen los parlamentarios
para terminar con las eternas e ineficientes sesiones sobre asuntos que violan
los intereses nacionales y del pueblo y sobre las cuales no consiguen
soluciones a los problemas centrales del país?
· ¿Los parlamentarios
siguen votando en comités inútiles que no modifican o salen al frente a
denunciar una Constitución hecha para expoliar al pueblo y despojar al país
entero? Por eso los estudiantes rechazan discutirlos allí porque nada
significativo se resuelve. Los mapuche lo han experimentado y el abuso ha sido
la norma del Estado y de todos sus poderes.
· Se necesita identificar
que el círculo vicioso en el que estamos encerrados con la Constitución actual
no responde a las necesidades del país: se requiere que ponga los intereses nacionales
primero a todos los niveles. El gobierno no quiere resolver los problemas
generados por la obsesión del lucro.
Así, la desobediencia civil muestra un camino urgente, amplio y eficaz.
Nadie puede seguir criminalizando las luchas de nuestros pueblos.
Así, la desobediencia civil muestra un camino urgente, amplio y eficaz.
Nadie puede seguir criminalizando las luchas de nuestros pueblos.
· La desobediencia civil
debe ser también de quienes pretendiendo representar a todos los chilenos, se
encuentran en un callejón sin salida. De estos representantes el Estado espera
su silencio o aceptación tácita a cambio de una situación muy cómoda, de buenos
ingresos, pero que no resuelve lo central: no sirve a Chile sino en asuntos
insubstanciales que no cambian el carácter mercenario de la sociedad.
· Si el Parlamento no es eficiente,
entonces, forzar los plebiscitos y llegar a una Asamblea Constituyente que
legitime una Constitución imprescindible para nuestro avance social
y democrático. Los representantes que hayan sido elegidos con el sistema nominal, y los designados por el presidente de turno, como hoy Ena Von Baer y otros, no son legítimos ni aceptables más. Los estudiantes lo indican así y no aceptarán discutir sus demandas con quienes no tienen representatividad alguna, por mucho que los haya designado el Presidente (quien fue, a su vez elegido por un 28,6% del total potencial de electores del país).
· Mantener el Statu Quo,
-esta "imposibilidad de salirse del cepo de la dictadura" con el que
Pinochet condenó a nuestro país-, es inmoral y que no debemos aceptar ya más.
20 años post-dictadura es un exceso que sólo fue aceptado por quienes entraron
en planes de colusión. No por el pueblo.
· Los derechos
fundamentales de nuestro pueblo están todos bajo esta monstruosidad leguleya:
así, romper el "plan eterno" de la dictadura es una obligación
colectiva: una responsabilidad histórica.
· La salud, educación,
voto universal democrático, justicia, equidad, respeto a los derechos de
todos los pueblos originarios... en esta generación y no en uno o dos siglos
más son demandas urgentes. La limitación del saqueo de los bienes
nacionales por magnates chilenos o compañías extranjeras, la recuperación del
cobre y minerales, salvar el medio ambiente, y asegurar el futuro de nuestra
juventud, del mar, del aire no pueden seguir esperando la destrucción total del
país para el beneficio de pocos. La adoración al fraude y el lucro como rutina
deben terminar. exigimos fin a la represión. Y aún más…
· No podemos seguir con
esta farsa constitucional ni pretender que somos transparentes o que tenemos un
país donde hay derechos iguales para todos y justicia. Hay un quiebre
constitucional porque el esquema actual es una farsa. Para que tengamos
justicia, que no la hemos tenido nunca en este largo período del oscurantismo
post dictadura, quienes efectivamente quieren democracia deben actuar ahora o
seguir de cómplices de los crímenes sociales que permitimos a diario.
· Todos debemos participar
en la desobediencia civil: los que se pretendan "decentes",
libertarios y respetuosos de un futuro fraterno para todos y no de este circo
de millonarios abusivos y blindados con la represión y sus leyes ajenas a
cualquier forma de equidad social. El pueblo todo: deberá incluir
todas las áreas del quehacer de nuestro país.
· Es un camino a recorrer
ahora: por una sociedad responsable, fraterna y de justicia para todos.
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