José Venturelli 14 de Julio 2011
Es importante diferenciar entre ser sobreseído de crímenes de lesa humanidad y ser genuinamente inocente. (Lo que no incluye a quienes lograron impedir ser enjuiciados en Chile), La noticia de Roma habla de haber sido “liberado”… pero da razones totalmente ilegítimas. Es decir, con justificaciones que no proceden en países que han firmado el Convenio Contra la Tortura y que son parte de Estatuto de Roma (Corte Penal Internacional). ¿Qué hay de la pretendida inocencia del “liberado” hace tres días, ex-fiscal Militar Alfonso Podlech Michaud? Su inocencia, como lo pretende, ahora en Chile, en una delirante entrevista en La Segunda y los comentarios amenazantes que aparecen en la misma nota, son importantes de ser conocidos.
(http://www.lasegunda.com/Noticias/Nacional/2011/07/662959/Podlech-aterrizo-en-Chile-En-la-carcel-compartia-con-sicarios-indianos-y-mafiosos) Más parece una victoria pírrica. Se dice: “no hay cadáver, por lo tanto no hay crimen”. “No hay desaparición porque prescribió el crimen” y, “no hubo tortura” porque Italia no “reconoce el Convenio contra la Tortura” que sí firmó.
En artículo publicado en El Clarín discuto algunos de los aspectos centrales de este asunto. Entrego allí una visión informada de la realidad. Participé como testigo en Roma y sé que los testimonios, aunque hayan sido intimidadas algunas de las personas que fueran a Roma por la defensa de Podlech, siguen siendo verdad. Chile y la justicia tienen que enfrentar sus responsabilidades.
Lo que se viene en Chile es nuevamente exigir a la Justicia de Chile que deje de ser una "Justicia a la chilena". Es una vergüenza insostenible. Hacer Justicia en forma tan tardía, y por rebote no es ideal. Los juicios en el extranjero (Francia e Italia) contra crímenes de lesa humanidad sucedieron porque las fuerzas políticas aliadas y concertadas se coludieron y mantuvieron a la Justicia en Chile como la defensa más segura y formal de la dictadura entonces y ahora insisten en mantener silencio. En perfecta armonía con el aparato represivo. Los montajes de justicia contra quienes exigen derechos que les fueran usurpados por la dictadura –el caso del pueblo mapuche y de sus dirigentes, el de quienes realmente se oponen a este Chile nuevo que protege fraudes y a sus actores- han persistido hasta el nivel de la Corte suprema, pero deben ser desenmascarados.
Los crímenes históricos de la dictadura son una tarea urgente en Justicia y a la que no podemos substraernos. Si, todos, aunque sea con casi 40 años de retraso... porque Podlech fue fiscal militar desde el día primero del golpe y cometió lo que los testimonios en Roma indicaban y que siguen siendo válidos. La justicia no puede aceptar ser enterrada como los muertos o hacerla desaparecer como Omar Venturelli y tantos otros. La Corte Penal Internacional establece con claridad las bases para estos los crímenes de lesa humanidad: ver: Artículo 7 del Estatuto de Roma en http://www.derechos.net/doc/tpi.html Indica que son inexcarcelables, no deben quedar impunes ni son indultables. La tortura, el crimen y desaparición son parte de ellos. Y fueron discutidos por casi tres años en Roma con testimonios que no eran de testigos protegidos (como se hace “a la chilena”).
La dignidad de un país o de las personas tiene que expresarse abiertamente... si efectivamente se la respeta. El Estado, Gobierno chileno, Parlamentarios y Presidencia deben aceptar esta realidad: no hacerlo es volver a insultar al país y a sus víctimas. Perpetuar la impunidad y volver a "enterrar" crímenes que sólo “salieron al aire y prensa” en Roma porque en Chile hubo una confabulación de voluntades anti-democráticas para impedir hacer justicia de los crímenes contra la humanidad, es resucitar nuevamente, los peores momentos de nuestro país. Los que se asociaron con el dictador, con sus asociados y profitadores de todo orden –muchos de los que hoy son parte del poder establecido (económico, legal, militar, parlamentario, empresarial y de magnates siempre ávidos de crecer)- no pueden hacer eterna esta colusión inmoral. Es momento de que la careta que vemos circular se la saquen ya los que quieran ser juzgados inocentes. Es curioso que los mandos militares y de gobierno le hayan ascendido a general mientras, como él lo dice en su entrevista de La Segunda estaba preso. Parece provocación y una forma de fabricar un “Perdonazo-inocentazo indiscutible y colectivo”… Pero, la justicia existirá aunque su renacimiento siga siendo impedido por los poderes establecidos.
El caso de Omar Venturelli era la única víctima de chilenos en juicio en Roma, pero las acusaciones que existen contra el ex-fiscal militar (hoy general) que dirigió las Cortes Marciales de Temuco y región, donde los desaparecidos fueron muchos otros y los asesinados también, no deben ser olvidadas. Este es un desafío al gobierno Piñera, pretendidamente respetuoso de los derechos humanos en las palabras y nunca en los hechos. Las acusaciones persisten… y persistirán hasta que justicia sea hecha.
Dr. José Venturelli,
Testigo ante la Corte de Assise de Roma en Juicio contra el ex-fiscal Alfonso Podlech.
Profesor Emérito, Universidad de McMaster, Canadá.
Vocero, Secretariado Europeo de la Comisión Ética Contra la Tortura
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