Ética social y su
negación en el Chile actual [i]
Pedro Aguirre Cerda, presidente en los años 1940, insistía: Gobernar es educar…
Su mensaje quedó grabado… para los que entienden que la vida
humana se mueve en un contexto social, interactivo entre todos los individuos y
que esa interrelación es muy fuerte e inevitable. Lo que yo hago depende de
muchos y, a su vez, lo que yo mismo pueda hacer, por limitado que pueda
parecer, influencia la vida de otros. Especialmente si soy un explotado, un
sub-ciudadano, obrero, pescador, Mapuche, niño de los que se llama, en las
guerras modernas, “daño colateral”, permitiré mejor a que crezcan unos pocos. De
allí que es necesario ser crítico y buscar con evidencia y razones, los motivos
y causas de las acciones humanas y sociales. El campo de la ética va más lejos
que el simplismo de los negocios y del ultra liberalismo. Incluye el campo de
las finanzas y de su impacto social. Y éste, a su vez, para negar sin
discusiones su ausencia de comprensión ética, se permite, apoyarse, no en la
razón, sino en su opuesto, “la razón de la sinrazón”. Cada vez que sea necesario, se ha usado la lógica
de la represión. El Historiador Sergio Grez nos recuerda cómo se estableció el
catecismo criminal del que queríamos salir y se re-instituyó con la dictadura:
Fue un “general, el General de Ejército, Roberto Silva Renard”, nos dice Grez,
quien justificó la acción de su gobierno y del sector que lo apoyaba haciendo
enormes negocios: “Había que derramar la sangre de algunos amotinados o dejar la ciudad
entregada a la magnanimidad de los facciosos que colocan sus intereses, sus
jornales, sobre los grandes intereses de la patria. Ante el dilema, las fuerzas
de la Nación no vacilaron”. Esa
fue la razón única de la masacre en ese Iquique “conquistado” hacía poco, por
petición expresa del Imperio británico. Los muertos obedecían al nuevo lenguaje
de gobierno que establecía una sociedad que se auto-justifica hasta hoy.
Mataron entonces a obreros bolivianos, peruano y chilenos por igual. Fue en la
Escuela de Santa María de Iquique, el 21 de diciembre del 1907. Lo que se ha
vivido en los últimos 40 años en Chile ha tenido la misma normativa, con
intensidades variables pero siempre decidiendo con la misma base moral abyecta
de entonces. (Ver: Sergio Grez Toso, “HACER RESPETAR EL “ORDEN PÚBLICO” A TODA
COSTA. MATANZA DE LA ESCUELA SANTA MARÍA
DE IQUIQUE (CHILE, 1907)
Edición de diciembre 2007, Le Monde Diplomatique
Por ejemplo, fue el último día que el dictador Pinochet,
inspirador y mentor de los “pro-hombres” actuales, de los gobernantes que le
siguen y mantienen el modelo rabiosa y tozudamente de que este es “el mundo de
los vivos”, de los que logran aprovechar la vivencia social para unos pocos.
Así fue que el último día de su gobierno, Pinochet, un hombre muy poco educado
y torpe-tozudo y arbitrario, estableció
que la educación debía responder a una norma, una sola: permitir que todo tipo
de negocios pudiesen ser llevados adelante.
Y esa así que encontramos esa inmensa brecha entre la
sociedad civil y quienes “gobiernan”: Los primeros, ‘la gran masa de
trabajadores, estudiantes, pueblos indígenas, ancianos y los por venir, en
generaciones futuras- conscientes de la necesidad de mirar las actividades
humanas como un paso al desarrollo de una sociedad fraterna, que crece y libera
al ser humano y asegura a las generaciones futuras una existencia de calidad y
de respeto irrenunciable a sus derechos fundamentales. Es decir, que la ética
humana, en sus diversos aspectos sea congruente con la vida y sus múltiples
expresiones de libertad. Para los que
han venido gobernando por cuarenta años la expresión de su quehacer se ha
llevado adelante en forma opuesta: Bajo
la bandera del militarismo y apoyados en todas las formas represivas que una
sociedad puede tener: desde una educación por lucro, alienante y ajena al
desarrollo de un pensamiento de responsabilidad social, para la cual se ha
usado el argumento brutal de la represión y del rechazo sistemático a un
diálogo de beneficio colectivo, social, que pudiese tener una visión fuera del
lucro obsesivo y destructivo que caracteriza al equipo de gobierno. Desde
capitán a paje. Es la incapacidad de entender el pensamiento ético social. Ese
devenir de un ser humano y de una sociedad que es mucho más y que se proyecta
más lejos como ser y estado social que las normas impuestas, por intereses que
se vistieron para un carnaval de negocios pingues, que nos rigen. “La ley se respeta y es igual para todos”,
repiten incansablemente los gobernantes… mientras se amasan fortunas y, al
mismo tiempo, toman el garrote y la pistola en mano para hacer su argumento
“creíble” (o temible) Lo que, si resulta, en su cerrado pensamiento
reduccionista utilitario y egoísta, vale igual. Permite mantener y profundizar
una sociedad para el lucro de unos. Los lucradores,
gracias a la estructura y acción de su represiva actitud, han estado asegurando
una sociedad que creen eterna. Sin
embargo, este lucro ha mostrado ser, definitivamente, luctuoso… Es decir, por
su abuso constante, es más bien, “triste, fúnebre, digno de llanto”
(Diccionario de la Lengua Española - Real Academia. Palabra que se origina en
que los patrones o “señores” dueños de sus servidores, recibían por parte de la
familia un pago u objetos importantes cuando algún “servidor” fallecía)
Por eso en este país tan típico del
circo del lucro, en que todo se mide de esa forma y beneficia a unos pocos
(nacer, morir, encarcelamientos, ventas de armas y su uso, el mar, la luz, el
aire, el transporte, la educación, la salud, la justicia… todo. Absolutamente
todo es parte de la destrucción planetaria, humana, social y de la vida
biológica. Y en ello se permiten promover la “muerte de su hermano en el
silencio” para el beneficio de pocos. Y no vemos hoy un proceso nuevo: es la
continuidad de lo que se ha venido dando en los cuarenta años que han pasado.
El gobierno trata de ser –sin conseguirlo porque la sociedad no acepta este
suicidio en el templo de los magnates- el broche de oro de un proceso llevado
adelante y aceitado en fraudes y colusiones que tienen el mismo sello de la
negación ética-social. Y así vemos que
el menaje se transformó y se defendió a brazo partido en “Gobernar es lucrar”…
·
Educar
es lucrar
·
Desarrollo
es para lucrar: montañas, ríos, mares, bosques, bancos, deportes…
·
El
medio ambiente es para lucrar
·
Salud
es para lucrar
·
Administrar
es para lucrar: La Justicia, el Parlamento, el Poder Ejecutivo, juntos y
separados, siempre beneficiarán el lucro y a quienes lo obtienen. Siempre.
·
Acreditar
es para lucrar: y en forma escandalosa, hasta con “inocentes ministros””
·
Las
comunicaciones son para lucrar y violan el derecho a informar y ser informado:
¡Las grandes fortunas, entre otras, de S. Piñera y de A. Luksic, incluyen o han
incluido ser dueños de radios y canales de Televisión!
·
La
vida es para lucrar… para ser más preciso e incluyente.
·
El
lucro permite hacer que seamos una sociedad inútil, sin futuro mientras no
paremos esta tendencia enfermiza de lucrar por encima de todo.
Por eso, el desprecio
de la sociedad civil que se despertó de una pesadilla impuesta, incluye a todos
y a cada uno. Debemos aprender y acabar con
esta “tendencia” malsana y suicida que se nos ha impuesto. (Y que los que se
fueron por el camino de la colusión, la vieron “como su oportunidad” por ya
largos 20 años. Los cantos de cisnes, (sí,
de cisnes: se los escucha anunciar con su canto una muerte inminente), no deben
alienarnos en forma mágica ya más. Tenemos una sociedad de odios y de
criminalizados-castigados-encerrados en su miseria. Con cárceles inhumanas, con
una justicia, educación, salud clasistas y ese racismo que no podemos –NUNCA,
JAMÁS- aceptar. La sociedad chilena ha ido aprendiendo dolorosamente a reconocer, como
decía Violeta Parra, lo que es harina de lo que es afrecho. Y está
echando a andar, estableciendo el desprecio por la articulación general, su
Constitución y el actuar de los diversos sectores que, coludidos también
entendieron y defendieron el principio de gobernar es lucrar… y siguen viendo
la forma como, con los circos electorales anti-democráticos, los mantienen en
terapia intensiva y le dan más años… ¡para lucrar!
José Venturelli, Profesor Emérito de
Pediatría – Universidad de McMaster, Canadá
Buin, 22 de diciembre 2012
[i]
Estas son notas que estaba haciendo y que tomaron un curso adicional con la
lectura de un excelente artículo de Frei
Betto, “Dimensión holística de la
ética” Punto Final, Diciembre 2012 p.21”, de una observación hace unos
días en la cárcel de Angol con los presos Mapuche y de un juicio, inmoral como
es la rutina, de un joven imputado en que el Debido Derecho no llegó ese día al
Tribunal.
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