Las razones de los
banqueros, especuladores y métodos de explotación capitalista y mercenarios, a corto o largo
plazo siempre terminan con miseria, destrucción y represión.
No es lo mismo "verde"
que ser “verde y solidario". Y
tampoco ser solidario, cuando esto es erradamente entendido, sin análisis social
y ecológico, ni centrado en la vida y la justicia… porque mantiene formas de producción que, inexorablemente, terminan siendo
anti-sociales, ajenas a la solidaridad.
Es decir, no implica "ser verde". Deben ser pensamientos y
acciones complementarias. Muchas multinacionales se han lanzado en el camino
"verde" y, sin querer queriendo, ponen una cara de santos y
"vamos saqueando el mundo ahora".
Leonardo Boff,
filosofo brasileño que no es nuevo al tema, reflexiona sobre la importancia de
que sea verde y solidaria porque eso permite ser solidarios con el futuro y no
justificarse con el "saqueo hoy y dejar nada para mañana". Es
decir, mirar al planeta como un todo. Pensar en todas las especies
y, por supuesto, en las generaciones actuales y futuras. Saber conservar y que
esta economía sea efectivamente auto-sustentable... Cuando vemos que
la economía es considerada buena si produce dinero, y cuando el
dinero es, en forma prioritaria, para entregárselo a los bancos, es
decir, a los mismos que destruyen el planeta, generan la inequidad, la miseria
y las consecuencias criminales en el mundo en todos sus rincones, quiere decir
que debemos, urgentemente, preocuparnos de estos temas.
http://leonardoboff.wordpress.com/2012/06/14/economia-verde-versus-economia-solidaria/
http://leonardoboff.wordpress.com/2012/06/14/economia-verde-versus-economia-solidaria/
Paul Krugman, reciente
Premio Nóbel de Economía, que logró mostrar una cierta solidaridad inicial
con las protestas por “los indignados” y en contra de estados especuladores y
abusivos actuales aparece volviendo al redil. No ataca lo central del problema y discute
detalles para justificar el sistema en vigor. En una noticia adjunta, indica
que efectivamente "hay que darle el dinero a los bancos” (que son los que
crearon las quiebras y los desfalcos en primer lugar). Esto quiere decir que no
hay el menor sentido de solidaridad ni de protección del mundo. Pues
si esta es la economía correcta, hay que encontrar otra… porque esta no sirve.
Pero los conceptos de equidad, de protección al medio ambiente (verde),
solidaridad y justicia para todos no son nuevos. Se los ha escondidos, criminalizado
y tratados de ineficientes bajo la capa
de la manipulación de los medios de información que, en el mundo, son impuestos
por la fuerza. Estamos peor que lo
pensado: la Academia que otorga premios debe ser mirada como sospechosa
de colusión con los capitales que todo lo pudren y que siempre han
estado buscando la simple e injusta acumulación capitalista. No
olvidemos que al pasar a economías centradas en procesos financieros
y especulativos se fue destruyendo el elemento productivo. Chile es un buen
ejemplo. Las visiones que priorizaron el control y protección de las
riquezas (el cobre que fuera nacionalizado y pasara a ser una fuerza productiva
para todos, aunque todavía no verde, en el buen sentido, es hoy fundamentalmente
privada y explotado en forma anti-social (en la misma Chuquicamata, o, peor todavía,
en Los Pelambres y también en otras formas de explotación minera. Se da
prioridad al desarrollo de fortunas y la especulación financiera
ahorca al país, a sus riquezas naturales y al ser humano. Las ganancias de
sus magnates van en forma paralela a la destrucción del medio
ambiente y del futuro sustentable. Por ello la equidad no hace sino
disminuir... y la consciencia colectiva va entendiendo la relación de los
diversos factores y exige sus derechos. La terminología sola no resuelve el problema mientras siga siendo determinada por un contexto explotador, abusivo y sin solidaridad.
El mundo ya está
atrasado en su cita con el futuro: se ha generado una deuda gigantesca de tipo ecológico y social y que,
para variar, quieren sea pagada por las grandes mayorías que no solo
viven en el límite de la sobrevivencia sino que son los mismos a los que se les
impide tener condiciones de vida humanas, dignas. Y, para peor, son aquellos
cuyas demandas justas son criminalizadas y a las cuales se les lanza el peso de
leyes y de fuerzas represivas inmorales, costosísimas, y
que deberán desaparecer del futuro moral de la humanidad si queremos
que esta sobreviva.
Si miramos al llamado
Primer Mundo, que también ha sido el primero en el abuso del medio ambiente, veremos
que ellos hayan explotado inicialmente las riquezas en el Tercero y son los
muestran, a pesar de las enormes riquezas usadas, economías desarticuladas.
Esto por su actuación fundamentalista pro-lucro, mercenaria. Y, si miramos a los países del Tercer
Mundo (los que se quedan con la miseria, sin riquezas y son reprimidos en forma
predilecta) el fenómeno no es muy distinto. Allí se han copiado los
métodos impuestos por el Primer Mundo y por sus organismos de control y poder
(Fondo Monetario, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio, y sus
reuniones mundiales de ajusta G-8 o G-20 o 40) Estas son las bases que
determinan que la sociedades actuales terminen mirando a justificar las economías
que polutan y destruyen y, sus resultados lógicos: sociedades sin solidaridad y
crecientemente represivas. Por ello, "pensar verde debe incluir
el pensar solidario". Son precisamente los pueblos originales los
que más piensan en protección y en relaciones humanas solidarias. No
quieren hacer el camino del capitalismo desalmado que Boff denuncia, y que
Krugman justifica con algunas críticas de métodos y no de fondo. Deben ir juntas... y de la mano, también, de
las luchas por los derechos fundamentales a nivel mundial. No son los bancos
(ni españoles, ni griegos, italianos, de EEUU o chilenos) los que deben ser
mirados como la prioridad central para ser apoyados. Es fundamental el cambio a
sistemas económicos y productivos donde la solidaridad humana, el desarrollo
sostenible y el fin de los ciclos capitalistas destructivos y especulativos
actuales de aumento de riquezas de unos pocos, que incluyen sus ciclos de
aumento de la represión y de violaciones, guerras e inmoralidades que hoy
presenciamos por todo el planeta. Las leyes, a nivel mundial solo se han sumado
a estos procesos y, si se les permite, los estados hacen Constituciones “a la
chilena”, es decir, inmorales y represivas. Las luchas por impedir que este
estado de cosas se eternice están en marcha y no se van a detener, a pesar de
la violencia que el sistema imponga. Los Estados al servicio de los magnates no
son el futuro… van a desparecer.
José Venturelli, Pediatra, Vocero del Secretariado Europeo de la Comisión Ética
Contra la Tortura CECT-SE
17062012
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