La historia de El Chapo es importante porque no es exclusiva de México. El crimen se ve en diversos lugares del mundo. En América Latina el narcotráfico es el resultado de la corrupción impuesta por quienes controlan la región: Los Estados Unidos.
Las fortunas fabricadas en diversas formas, pero siempre aplastando a los pueblos y usando la represión, no son distintas. El despojo de los pueblos, que sea en Argentina, Chile o Brasil, es el equivalente a lo que vemos en México. No son los mexicanos los responsables de lo que pasa en su país sino es la responsabilidad del Estado y de los diversos sectores que se enriquecen y organizan la represión. La pretendida probidad en el caso de Chile es una farsa más. Se ha robado y asesinado y eso debemos identificarlo como un equivalente de lo que sucede en México. Las luchas de estos pueblos son el único camino para resolver la represión y la inequidad que se observa.
Una historia que
demuestra una capacidad de desarrollarse en el campo nacional e internacional
del capitalismo. Como el capitalismo es corrupto, el narco-tráfico puede ser
una fuerza enorme que le quita el "prestigio" al poder central. O le
agrega, aún más, el DES-PRESTIGIO A LOS PRETENDIDOS DUEÑOS DE UN PAÍS. Y es
allí cuando Estado y diversos grupos armados se guerrean entre ellos pero,
sobre todo atacan al pueblo que exige respeto y vidas dignas. Pero la falsa condición aristocrática que se pretende no es verdad. Chile es corrupto y, como México, deberá resolver su realidad para ser un país democrático y justo. Con equidad y justicia. José Venturelli
La Organizacion del narcotráfico más
importante del mundo tiene más presencia internacional que cualquier
multinacional mexicana.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/07/23/actualidad/1437615277_107126.html
Margarito Flores, de
34 años, se levantó de su silla minutos antes de escuchar su sentencia por
narcotráfico en un tribunal federal de Chicago el 27 de febrero de 2015. Soltó
tres frases. “I’m ashamed. I’m
embarrased. I’m regretful”. Estoy avergonzado. Estoy abochornado. Estoy
arrepentido. Margarito y su hermano gemelo, Pedro, lideraban una de las redes de narcotráfico más
importantes de EE UU, el principal consumidor de drogas del mundo. Controlaban
el ingreso del 80% de cocaína, marihuana y heroína a Chicago y su distribución
en otras ocho ciudades. Margarito y Pedro, hijos de mexicanos nacidos en
Illinois, trabajaban para el poderoso cártel de Sinaloa, una organización criminal
que funciona como una macabra multinacional.
Si el cártel de
Sinaloa fuese una empresa, tendría más delegaciones que cualquier compañía
mexicana. Tiene presencia en 17 estados mexicanos, 54 países —más que América Móvil(19), más que Cemex (50)— y llega a rincones donde el
Gobierno mexicano ni siquiera tiene un consulado. El primer consejo de
cualquier asesor corporativo es definir una misión, una identidad y una
historia que guíen el proyecto y explique su razón de ser. Su génesis se
remonta a la hermética sierra que cobija la región de la que tomó su nombre,
donde el cultivo del opio y la marihuana lleva más de 100 años. De
Miguel Ángel Félix Gallardo —El Padrino y
fundador del cártel de Guadalajara— hasta Joaquín El
Chapo Guzmán, decenas de capos nacieron en esas montañas.
Son los genuinos herederos de los contrabandistas que en los años treinta y
cuarenta pasaban gavillas de droga al otro lado de la frontera para satisfacer
a los excombatientes estadounidenses.
Mientras otras mafias
han abierto sus actividades a la extorsión y el secuestro, el cártel de Sinaloa
permanece fiel a su principal misión. Son los líderes indiscutibles del mercado
en EE UU. Domina el 30% del sector de marihuana y cocaína, y más del 60% de la
heroína. Sus ventas rondan los 3.200 millones de dólares anuales según el
libro El mal menor de
la gestión de las drogas, escrito por un grupo de académicos
mexicanos.
Son los genuinos
herederos de los contrabandistas que en los años cuarenta pasaban droga a
los excombatientes estadounidenses.
Su situación
geográfica es otro ejemplo de visión estratégica. Está cerca de Jalisco, la
antigua cuna del primer gran cártel mexicano, y sus redes se extienden a lo
largo del Pacífico, hasta Michoacán y Guerrero, las grandes productores de opio y
marihuana. Controla además los cruces estratégicos hacia EE UU (Tijuana,
Juárez, Mexicali) que garantizan el acceso a su primer gran mercado: California.
En el extenso litoral de 656 kilómetros de Sinaloa están los puertos han
conectado a México con el oeste de EE UU desde el siglo XIX. Su salida al mar,
que han extendido a buena parte de la costa del Pacífico mexicano más allá de
su región, es la pasarela para su crecimiento internacional.
Los indicios de sus
redes caen como cuentagotas en aisladas notas periodísticas. 31 de marzo de
2011: “Tres supuestos miembros del cartel de Sinaloa enfrentan la pena de muerte en Malasia”. 21 de diciembre
de 2014: “Detenido presunto enlace de las FARC con el cártel
de Sinaloa”. 3 de febrero de 2014: “El avión destruido en Venezuela operaba
para el cártel de Sinaloa”. 7 de mayo de 2014: “El cártel de Sinaloa contrata a
maras en Estados Unidos”. La lista sigue. Un medio australiano afirma que han
llegado a Oceanía gracias a sus vínculos con la N’drangheta y la Yakuza, la
mafia japonesa. En Canadá han conseguido una alianza con los Hell’s Angels,
según el Departamento de Justicia de Estados
Unidos.
Y una alianza
fundamental: China, ilustrada por el misterioso caso de Zhenli Ye Gon: un
empresario farmacéutico chino que, según investigaciones policiales, se
convirtió en el principal proveedor del Cártel de Sinaloa para fabricar
metanfetamina. Lo detuvieron en su casa, con más de 200 millones de dólares en
efectivo en 2007 y ha permanecido desde entonces ocho años en EE UU,
actualmente en una prisión de Orange (Virginia). La Suprema Corte de Justicia de
Estados Unidos rechazó revisar su caso para evitar su extradición a México.
Dominan el 30% del
mercado estadounidense de marihuana y cocaína, y más del 60% de la heroína
La organización
funciona como un conjunto de grupos criminales, como un cártel empresarial,
según un informe de la DEA. Joaquín El Chapo Guzmán sería su consejero delegado. Ismael El Mayo Zambada y Juan José
Esparragoza Moreno, El Azul (dado
por muerto en 2014), sus jefes de operaciones. Por debajo hay una estructura
entreverada, con frecuencia, por lazos familiares. “Su política de recursos
humanos es flexible. Combina la parte familiar, que les asegura fuertes
lealtades, con la captación de talento, como los ingenieros para cavar los
túneles o los químicos para el cocinado de drogas sintéticas”, apunta el
investigador del University College London (UCL), David
Pérez Esparza. Los campesinos, empresarios, funcionarios y sicarios que
trabajan para el Cártel de Sinaloa se cuentan por miles. Campesinos locales que
cultivan en un área equivalente al territorio de Costa Rica, productores
internacionales de cocaína en Colombia, Bolivia, Perú o distribuidores en
Estados Unidos, como los gemelos Flores de Chicago.
Otra de las perversas
analogías con el mundo empresarial es su capacidad de innovación. “Cuando en
algunos estados de EE UU comenzaron a permitir la producción y venta legal de
marihuana, el Chapo se dio cuenta que eso podría amenazar sus ingresos. ¿Cómo
reaccionó? Como harían otras empresas: innovando. El cártel se ha movido hacia
las drogas sintéticas, más rentables y sin competencia”, añade Pérez Esparza.
Ante un previsible bajón de la demanda en el negocio de la marihuana, donde
intervienen todos los cárteles del país, La Federación, como también es
conocido el cártel, ha desplazado sus tentáculos hacia otras sustancias. De ahí
su cambio de ramo a la producción de heroína, muy menor en México en
comparación a otros países, o los laboratorios de metanfetamina, donde ha
tenido un intercambio fluido con las mafias asiáticas que
le proveen de la efedrina necesaria para cocinar la droga. El cártel de Sinaloa
controla hoy el 70% del mercado de la metanfetamina en EE UU.
La innovación también
incluye el apartado de la logística y la distribución. Sus sistemas de
transporte han evolucionado desde el estraperlo clásico vía terrestre a túneles de alta ingeniería. Los 3.185
kilómetros de frontera están atravesados por más de 170 pasadizos subterráneos
como si fueran madrigueras de topos. De contenedores en barcos ajenos, a
submarinos y una potente flota de aviones.
La segunda fuga del Chapo Guzmán de una
cárcel de máxima seguridad he elevado su fama en México a la altura de las
estrellas del fútbol o los cantantes de rock. Se le dedican canciones, memes en
Internet y gorras y camisetas con su foto. El Chapo Guzmán se ha convertido en
una marca. Una macabra campaña de marketing para una empresa líder en
actividades ilegales que para alcanzar la cima libró una sangrienta lucha
contra sus competidores. Solo en los último
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