Sunday, February 8, 2015

La Compañía Arauco (A de Angelini) atropella también en Argentina y a los más débiles: los Pueblos indígenas en Misiones.

Poniéndolo en una perspectiva histórica actualizada...

La Internacional Compañía Arauco, una de las mayores empresas en su rubro y que se precia de tener el apoyo de gobiernos y de las fuerzas represivas que atacan impunemente a los pueblos donde se dejan caer, curiosamente, como dice Cristián Infante President & Chief Operating Officer,  tiene los siguientes "principios éticos":

  • ARAUCO’s code of ethics includes principles and policies that must guide the decisions and actions of each company member.  
  • This code’s main purpose is to set the general ethical context for work performance in each and every one of ARAUCO’s actitivities, in order to comply with the legislation of countries in which we maintain operations, and to ensure the application of the highest principles and standards of corporate social responsibility  http://www.arauco.cl/informacion.asp?idq=1049&parent=1042&ca_submenu=1042
  • (Traducción: El código de ética de la Compañía Arauco incluye los principios y políticas que deben guiar las decisiones y acciones de cada miembro de la compañía.

  • El objetivo principal de este código e establecer el contexto ético general de funcionamiento laboral en cada una de las actividades de ARAUCO, a fin de cumplir con la legislación de los países donde mantenemos operaciones, y así asegurar la aplicación de los más altos principios y normas de la responsabilidad corporativa y social.)

ARAUCO, nos indica Poderopedia en http://www.poderopedia.org/cl/empresas/Arauco       (es una...) "empresa chilena dedicada a la fabricación de pulpa de celulosa y derivados como madera aserrada y paneles. Poseen 1,7 millones de hectáreas del patrimonio forestal en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay. AntarChile, sociedad de inversiones del Grupo Angelini posee el 60,82% de Empresas Copec S.A. y ésta, a su vez, es propietaria del 99,98% de Arauco. Algunas de las empresas forestales de la familia Angelini se han visto involucradas en controvertidos escándalos ecológicos. En julio de 2013, luego de ocho años de investigación, el Juzgado de Letras de Valdivia los condenó como autores de daño ambiental causado al humedal del santuario de la naturaleza del Río Cruces, ocurrido el 2004 en la Región de Los Ríos".

Estas son las mismas normas que les permite a comprar los legisladores y a los cuadros policiales con los que hacen los atropellos, como el que se informa en el artículo que reproduce Mapuexpress. También incorporar en sus directorios a todo tipo de mercenarios políticos y ex-represores. La destrucción de los países y del medio ambiente se hace al precio de asegurar la violación constante de los derechos humanos. Por ejemplo, para no olvidar la memoria histórica: En el camino histórico ha habido muchos, demasiados crímenes... El crimen del obrero de Celulosa Arauco, Rodrigo Cisternas, en Laraquete (Arauco) quien fue acribillado - 24 balas de combate- en una manifestación reprimida, con el uso de ametralladoras oficiales UZI. El "operativo" fue dirigido y coordinado por el General Ivan Bezmalinovic quien no solo no fue juzgado, sino premiado. De allí se le nombró Jefe de la IXa Región (Araucanía) donde se estrenó con el operativo que asesinara al comunero Mapuche Jaime Mendoza Collío. Ese crimen sigue impune. Recientemente Bezmalinovic fue "jubilado" porque hubo evidencia de cooperar con sectores delincuentes. (Lo jubilaron, sin juicios ni culpas delimitadas.

La Compañía Arauco, en otras "operaciones", siguiendo sus códigos de ética (de marras), envenenó los ríos de Valdivia y exterminó a los cisnes de cuello negro... Sin que, en términos, reales, nada le pase a los accionistas y dueños de esa tristemente famosa empresa que controla medio país con sus socios que lo compran todo, como lo hacen los Luksic, primera fortuna de Chile: los mismos que hace dos días exigieron y obtuvieron de Carabineros que les limpiaran el camino de la Mina Los Pelambres" donde destruyen una región. (No es por nada que el Banco de los Luksic les diera, "amigablemente" un préstamo por $6.500 millones a título "personal" a la familia inmediata de la presidenta... Legalmente o no, huele a podrido)  Agregue los Matte, los Angelini, Paulmann y otros con tanto apetito que llegan hasta el gobierno luego de haber crecido bajo la sombra culpable del dictador mismo. O de quienes por razones de ser el yerno del dictador mismo y asociado en contubernios, (Julio Ponce Leroux...) Son ellos y muchos otros hambrientos los que impiden tener un país democrático. Las tierras que defiende el pueblo Mapuche (y los de Misiones, Argentina, y otros pueblos de América latina).  Así, la Compañía Arauco mal usa y destruye, gracias al lucro enfermizo que se ha impuesto en Chile, va más allá de las fronteras. Sus inversiones en diversas partes toca a hermanos de Argentina. 

Sobre esto... ¿Que hacen los parlamentarios que juegan al "paco y el ladrón" por todos lados, con fraudes y compras de influencias en todos los gobiernos que hemos visto post Pinochet? Y los/las gobernantes... fuera de sus silencios culpables, ¿hacen algo para terminar con la represión y la pobreza impuesta? Sus "reformas", archimanoseadas y al margen de los pueblos no hacen sino mantener el modelo impuesto por el dictador y sus boys. Pero de acceso a un camino democrático... no hay nada en el futuro sino las luchas de los pueblos por sus derechos. Y esas van en aumento por mucho que los poderes fácticos y sus esclavos coludidos (y premiados) no lo quieran. La oposición de los poderosos y de los gobiernos en colusión no quieren una Asamblea Constituyente porque les quebraría su mágico "desarrollo especulativo".
José Venturelli


Argentina: La transnacional chilena Arauco (Alto Paraná S.A.) y los Pueblos Originarios en Misiones

El pasado 28 de enero, la multinacional APSA intentó desalojar a unas 30 familias mbya en Puerto Libertad. La intentona incluyó disparos de armas de fuego. En ese municipio, APSA tiene posesión jurídica del 80% de la tierra. El episodio sumó un nuevo capítulo al frondoso historial de abusos de APSA contra comunidades guaraníes y campesinas en Misiones. La vergonzosa complicidad del Estado provincial. 

Para el artículo completo, ver:  http://www.mapuexpress.org/2015/02/07/argentina-la-transnacional-chilena-arauco-alto-parana-sa-y-los-pueblos-originarios-en%20


Una nota para poner el contexto del pueblo Mbyá (de wikipiedia):  Mbyá
Los mbyá o mbya son un pueblo guaraní que habita en ParaguayBrasil y Argentina (en la Provincia de Misiones).1 2  http://es.wikipedia.org/wiki/Mby%C3%A1
Su autodenominación ritual es jeguakâva tenonde porangue’ í (los escogidos, entre los que primeramente se adornaron con el gorro ritual).3 Para sus ceremonias religiosas utilizan un vocabulario especial denominado ayvu porá. Fueron conocidos en el siglo XVIII como monteses del Mba'everá que vivían en las selvas entre el río Acaray y el río Monday. Recibieron también el nombre de tarumá y posteriormente se los conoció también como: apyterétembekuátambeaopé y baticola.
Junto a los chiripá y a los paí-kaiová (paí tavyterá) del este del Paraguay y del sur brasileño, los mbyá pertenecen al grupo genérico guaraní de los cainguáka'yngua omonteses.
Muchos grupos guaraníes, los mbyá entre ellos, fueron resistentes a la radicación en las Misiones Jesuíticas, optando por conservar su independencia mediante prácticas de traslado bastante frecuentes, por tierras hoy paraguayas y brasileñas internándose en las selvas. Debido a esta resistencia, este pueblo no es descendiente de los guaraníes que habitaban en las misiones. Los avá katú eté o chiripá en cambio sí participaron en el proceso evangelizador llevado a cabo por los jesuitas.


alto_parana_1
Niños mbyá ante tierras que se
secan con los cultivos de ARAUCO
Tierras de cultivo intensivo que
la Compañía Araucó usó para
reemplazar los bosques nativos
Por Sergio Alvez (*)     Revista Superficie
 Conquistadores
De las 80 mil hectáreas que componen el municipio de Puerto Libertad, en el norte misionero, 65 mil están en posesión jurídica de Alto Paraná Sociedad Anónima (APSA); es decir, el 80 por ciento del pueblo le pertenece a la multinacional de capitales chilenos, que en total, tiene una posesión total declarada (sin contar testaferros) de 232 mil hectáreas en varios municipios de la provincia. Allí, en Puerto Libertad, APSA lleva más de una década hostigando a la población local, por medio de desalojos, intimidaciones y violencia. Donde antes hubo monte, hoy todo es pino. El monocultivo alimenta la papelera y la planta de MDF que la multinacional posee en Puerto Esperanza y Puerto Piray, respectivamente.
En un lugar donde todo está en manos de la empresa, resulta compleja la aventura de encontrar un territorio seguro para vivir. En el caso de las comunidades mbya de la provincia, que dependen tradicionalmente del monte para subsistir, la cuestión habitacional se problematiza aún más.
El miércoles 28 de enero, un grupo de 30 familias mbya que formaron una comunidad a la que dieron a llamar Guazurarí, recibieron la visita de los funcionarios Gabriel Rodriguez y Hernán Petzer, de la empresa Alto Paraná, quienes arribaron al predio acompañados por efectivos policiales uniformados. Relató el cacique Ramón Baez en diálogo con el portal La Voz de Cataratas: “Aprovechando que nosotros los hombres no estábamos, amenazaron a las mujeres y los niños con prenderles fuego las casas si no salían inmediatamente del lugar. Y dispararon al aire para asustar”.
Socios Ante esta situación, el propio cacique pidió intervención al Ministerio de Derechos Humanos de Misiones, ente que tiene bajo su órbita la muy cuestionada Dirección de Asuntos Guaraníes. Relató el cacique Ramón Baez en diálogo con el medio de comunicación antes citado: “El ministro de Derechos Humanos Soria Vieta me dijo que él no se iba a meter con Alto Paraná, que tenemos que salir de ahí. Asuntos Guaraníes no existe, no te soluciona ni lo básico para lo que fueron creados, nos deberían cuidar pero al final están en contra de las comunidades”.
La obediente inacción del ministro Edmundo Soria Vieta tiene raigambre en una coyuntura cuasi patronal: Alto Paraná S.A ostenta parte del poder real en Misiones. El gobierno provincial, del Frente Renovador, históricamente mantiene una postura de sumisión a la multinacional.
En 2012, el gobierno de Misiones firmó un acuerdo con la transnacional Alto Paraná S.A para “desarrollar el turismo en el norte provincial”. La relación entre el gobierno provincial y la empresa es de sometimiento. El gobierno no cuestiona el dominio territorial y la extranjerización del 12% de la superficie total de Misiones por parte de la firma chilena, ni la fuerte contaminación y proliferación de enfermedades generada por la papelera y la planta de MDF de la empresa, o la expulsión de miles de familias campesinas que APSA genera con la expansión del monocultivo. La multinacional lleva años poniendo de rodillas al Estado misionero y avasallando a numerosas comunidades. Esta aseveración puede corroborarse analizando el comportamiento servil del gobierno provincial ante cada uno de los conflictos que en los últimos años se vienen dando entre APSA y diversas poblaciones misioneras.
(...)
Así, APSA monopoliza y extranjeriza la tierra, contamina, enferma, con la total complicidad de un gobierno provincial inerte.
El antecedente Guavirá Poty En febrero de 2009, revista superficie publicó una investigación referida a una situación suscitada en Colonia Paraíso (municipio de San Pedro), corazón del territorio denominado Corredor Verde, donde Alto Paraná S.A aniquiló más de 100 hectáreas de monte para instalar pinares que hoy acorralan a la comunidad mbya Guavirá Poty. En aquel artículo –que motivó una carta documento de la empresa a este cronista- , el cacique de Guavirá Poty contaba: “El primer año comenzaron a entrar al monte virgen para sacar los árboles más preciados. Al siguiente desmontaron todo y se pasaron el año fumigando con Round Up. Incendiaron las cien hectáreas para que no quede nada y el año pasado plantaron los plantines de pino”.
En esa comunidad, viven más de 20 familias que padecen las consecuencias de habitar a menos de 50 metros del océano de agrotóxicos que baña el pinar. En 2008 un niño falleció por problemas bronquiales atribuibles al contacto de un año entero con esta clase de venenos. Otros pequeños y algunos adultos presentan erupciones dérmicas y complicaciones respiratorias inéditas en la comunidad, cuentan en Guavirá Poty.
“También puede ser el agua, porque por acá pasa un arroyo que es nuestra fuente de agua para todo, y ellos plantaron los pinos y tiraron veneno a menos de 20 metros del arroyo. Aquí había lapachos, cedros, canela, timbó, todo tipo de especies nativas, frutales, y una infinidad de animales, muchos de ellos en peligro de extinción. El día que prendieron fuego parecía un infierno; hacía como 60 grados, nuestros niños lloraban aterrorizados, todos llorábamos y poco pudimos hacer para defender nuestra selva. Cuando el fuego terminó nos quedamos sentados en los troncos muertos, creyendo que todo había sido una pesadilla”, señaló entonces el cacique Cornelio.
Según el Ministerio de Ecología, aquel desmonte se realizó de manera legal. Cuando este cronista acudió al organismo ubicado sobre calle Santa Fe, en la oficina en la que fue recibido para una entrevista, colgaba un bello reloj con el logo de la empresa chilena.
Contexto
Latido Americano es una asociación civil sin fines de lucro, cuyo objetivo es promover y difundir la cultura de los pueblos indígenas de nuestro país, a través de investigaciones y acciones diversas. Esta organización publicó un informe titulado “La situación de los mbya” donde se describe:
La situación de los pueblos originarios en el litoral argentino es un claro ejemplo más de violencia y despojo. En la provincia de Misiones, las comunidades mbya guaraníes están asentadas, en muchos casos, en terrenos “provisorios”, luego de haber sido expulsados de sus tierras.
Desde hace siglos, estos pueblos han resistido al modelo imperante. Sin embargo, mientras el actual paradigma nos deja una sociedad desintegrada -un ser humano desvinculado de sí y de sus pares, con una naturaleza que le es ajena son los pueblos originarios quienes nos enseñan con su sabiduría ancestral que “somos naturaleza”, y propician el desarrollo humano armónico como parte de ella (no como espectador o explotador). Los pueblos originarios de la región sufren las consecuencias del abuso y la desidia que se llevó a cabo sobre todo el ecosistema.
Los continuos trabajos realizados por compañeros del área de salud de nuestra agrupación desde hace 4 años en esta región, describen como crítica la situación en la que viven los guaraníes en el litoral. Si tomamos en cuenta que su resistencia a las enfermedades va en consonancia con su gran conocimiento acerca de plantas medicinales, podemos entender que la supervivencia del monte, su gran bien natural, debe ser garantizada para que este pueblo no se debilite (…)
(…) El término guaraní Tekoa, traducido por Antonio Ruiz de Montoya en 1640, significa “cultura, costumbres, normas, comportamiento, un modo de ser, de estar”. Los mbya también llaman Tekoa al “lugar” que cuenta con las condiciones necesarias para vivir en sus aldeas con sus familias. Esto se debe a que existe una profunda relación entre este “modo de ser” guaraní y el lugar o territorio en el que se vive. Esta concepción también es compartida por otros pueblos originarios como el mapuche, cuya denominación significa “gente de la tierra”. Estas culturas nos plantean una mirada que ubica al ser humano como parte del planeta, y no a la tierra como posible posesión del hombre. El concepto de “propiedad privada”, en cambio, es comprensible en un marco donde la tierra se puede comprar y vender, teniendo fundamental validez en un sistema donde es el dinero el que marca las reglas. Es comprensible, por lo tanto, que los mbya prefieran utilizar el concepto de “propiedad comunitaria”, ya que es más acorde a la relación de reciprocidad y solidaridad que existe entre los diversos tekoa mbya y, a su vez, entre éstos y la naturaleza. Es por ello que si fuera necesaria una escrituración de tierras, debería realizarse en forma comunitaria o colectiva.
Para intentar comprender la problemática del pueblo mbya debemos analizar cómo el estado argentino viene abordando la cuestión indígena desde los 90, y es imperioso adentrarnos en la lógica del modelo hegemónico neoliberal; pues así, y sólo así, podremos advertir la verdadera dinámica que vienen adquiriendo las políticas sociales indigenistas (…)
Si realizáramos aquí un diagnóstico y análisis de las diversas causas de los problemas que sufre la selva misionera y por ende el pueblo mbya -y de gran impacto en la población del resto del país-, deberíamos resaltar principalmente la indiscriminada deforestación realizada por empresas madereras que reemplazan la selva nativa por pino para obtener pasta para papel, como es el caso de una cuya propiedad es de la compañía chilena Arauco, que según un informe “se transgredieron normas ambientales y que hubo incumplimiento de los deberes de funcionario público en el hecho referido a los trabajos forestales realizados por la empresa Alto Paraná Sociedad Anónima…” (3); y los miles de kilogramos de glifosato, un herbicida cuyo nombre comercial es Round Up y el cual es producido por la empresa Monsanto, arrojado en plantaciones de la provincia para matar malezas. Entre sus ingredientes se encuentran tóxicos que provocan náuseas, diarrea, neumonía, laringitis, dolores de cabeza y protuberancias. Aunque Monsanto continúa con sus campañas para demostrar que el producto es “100 por ciento biodegradable”, la Comisión Europea ya en el 2001 lo había clasificado como “tóxico para los organismos acuáticos” y capaz de “provocar efectos nefastos para el ambiente a largo plazo”.
Es imprescindible también describir las consecuencias del proyecto hidroeléctrico de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) que al ir elevando la cota de 76 a 78 metros (aún tienen previsto elevarla a 83 en su última etapa) en estos últimos años provocó la inundación de grandes extensiones de territorio ocupado por aldeas y colonos que se vieron obligados a desplazarse; y no podríamos dejar pasar los vertederos de basura impulsados por el gobierno provincial mediante el “Plan Ambiental de Eliminación de Residuos Urbanos y Patológicos de Misiones”, a través del decreto 171/03, que en 2003 amplía el contrato de la empresa AESA Misiones SA, promoviendo la construcción de otro relleno sanitario constantemente rechazado por habitantes de Piray, Garuhapé y por último de Caraguatay. Oscar Reinaldo Geisler, referente de los pobladores, explica el 6 de junio de 2006 en el medio digital EcoPortal.net, que por medio de la ordenanza municipal “firmada en secreto el 21 de enero de 2005”, se autoriza finalmente la instalación del basural, agregando además que “la constante que se repite es que los terrenos en donde se planean realizar y se construye actualmente este vertedero de basura, son propiedades de la empresa chilena Alto Paraná S.A.”.
Al ser despojados de sus tierras, los mbya han perdido mucho más que una extensión de territorio. La tierra forma parte de ellos y está en estrecha relación con su identidad. Como consecuencia de la obligada migración, debieron desprenderse de sus herramientas de auto sustentación, desvaneciendo su economía y sus costumbres, su relación con los procesos de salud y enfermedad. Hoy el monte, su ecosistema, dejó de serlo para convertirse en “espacio cercado” destinado a la explotación. El desafío sería cómo luchar para no ser prisioneros de ese espacio cercado.
(*) Cronista de revista superficie

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