José Venturelli, Vocero Secretariado Europeo de la Comisión Ética contra la Tortura, en Cañete 22/09/2011
Desde Cañete, a pocas horas del veredicto de los Juicios Orales contra 17 presos políticos mapuche
El Estado y gobierno persiguen a los presos políticos mapuche y no consiguen demostrar ninguna de las acusaciones: ninguna confirma una asociación ilícita ni intencionalidad y, menos aún, organización terrorista. Las violaciones de los derechos de los detenidos –que el código penal mundial y hasta el chileno exigen- fueron constantes como para invalidar totalmente el juicio. Al final no tienen nada, salvo el odio y la persecución política, para condenar a nadie. Pero siguen pidiendo las mismas penas demenciales y abusivas. El juicio ha sido una farsa llena de montajes sin evidencia alguna. Investigaciones mal hechas y dirigidas de forma fundamentalista y politizada contra el pueblo mapuche. El Estado y el gobierno no respetan ni la ley ni los convenios internacionales que exigen respetar los derechos de los pueblos indígenas, promover su equidad pero prefieren seguir un camino fanático, racista y represivo para condenar a todos los que puedan. Aunque no sea cierto.
Mientras tanto: los criminales conocidos contra el pueblo mapuche, Walter Ramirez, asesino de Matías Catrileo (por orden de sus superiores para poder matar a discreción), o los de Alex Lemun o Mendoza Collío y varios otros siguen muy bien, gracias. ¿Es esta justicia? Ramírez, quien fuera llevado para esconderlo, a Coyaique, fue funado ayer en esa ciudad. Debe saberse, sin embargo, que el pueblo decidió hace mucho tiempo que No habrá olvido y que la justicia debe ser llevada adelante.
Mientras el estado siga preocupado de las ganancias de sus empresarios, del dinero y no de las personas ni del medio ambiente, nada podrá cambiar. El sistema represivo está para mantener este estado de cosas. Para muestra: un presidente que es un magnate, que tiene él mismo un conflicto grave con el pueblo mapuche-huilliche, en Chiloé, donde "compró de modo especulativo 90.000 hectáreas de tierras probadas mapuche de Tantauco, por $25,000 (pesos) la hectárea. Nada ha dicho sobre su violación de los convenios internacionales ni de la justa demanda del pueblo mapuche de recuperar sus tierras ancestrales. Promete, pero sigue en su histórica actitud de los financistas, que nunca son inocentes. Mientras tanto, el "Parque Tantauco” es publicitado en las estaciones del Metro (Metro Universidad de Chile) para que suban los precios y venderlas, como se estila, con enormes ganancias.
La coherencia es total: Una política para mantener el saqueo del país y su destrucción ecológica, la protección de tierras mal habidas en la que el Ministerio Público, de claro corte facistoide, y la represión siempre presente, intentan reinar por sobre los pueblos, la ley y los tratados internacionales. El silencio presidencial, por supuesto otorga... Podemos agregar los casos de Caimanes del grupo Luksic, para que no se olvide.
En Lleu-Lleu, Arauco, tiene tierras mapuche el millonario Farkas -sí, el mismo que regala billetes- quien tiene avanzada la explotación de una mina de Litio que está bajo el lago Lleu-Lleu. Con eso se destruye una zona muy importante de agua. Hay que mencionar que toda la zona, que visité, está totalmente dañada por los bosques de pino y eucaliptos de Mininco (y de otros dueños del país) y que se seca. Se acidifican las tierras y aumentan el daño y miseria de los pueblos de la zona. Perder el agua tendrá repercusiones previsibles. Esta maniobra empresarial, junto con las hechas por Mininco, que se queja de pérdidas de madera que está sobre tierras que no son suyas por haber sido obtenidos de forma ilegítima e ilegal pero "refrendada por el poder y la represión" (tienen un abogado querellante durante todo el juicio contra los PPM's y, junto con el fiscal Cruz, exigen penas inmorales y que resultan de su mentalidades afiebradas y protectoras, no de la ley que ellos si violan, sino de la avaricia. Presiones como estas llevaron a los 17 comuneros a la cárcel… y a que Carabineros acribillara a Rodrigo Cisternas en mayo del 2007, un crimen aún impune.
La coherencia es total: Una política para mantener el saqueo del país, la destrucción ecológica del país, la protección por el "independiente" Ministerio Público de esas tierras mal habidas, y la represión: juntos intentan reinar por sobre los pueblos, la ley y los tratados internacionales. El silencio presidencial, por supuesto, otorga...
Nota para recordar la historia. En la zona de Lleu-Lleu, el gobierno de Allende retornó tierras (compradas por CORA) hizo un convenio con las comunidades Mapuche y se plantaron pinos y eucaliptos en un proyecto de trabajo y mejoramiento de ingresos (no con la intención de transformar toda esta región en un peladero cada día peor -ver film Nguenen: el Engaño”) . La dictadura y los años que siguieron de “gobiernos dizque democráticos” entraron por la fuerza, confiscaron las tierras que dieron a antiguos dueños o a las forestales de los grandes. Estos cortaron los bosques como propios para iniciar la maniobra de tierra razada típica de las industriales forestales y productoras de celulosa. ¿Y se sorprenden que las comunidades mapuche protesten? Hoy exigen la represión: el negocio es demasiado bueno para dejarlo perderse. Y el Presidente es sensible a esa música, sabemos. El Ministerio Público simplemente, hace lo que le ordenaron hacer, con una Constitución cortada a la medida de un país de mentiras e injusticias certificadas. En este país tan chauvinista, del escudo chileno, bastante amatonado de por sí, podemos ver que le han quitado “la razón” y sólo practican el “por la… fuerza”, en actos repetidos de atropellos seudo-legales.
El veredicto se viene y, bueno, ya veremos: no va a cambiar la tendencia histórica en lo inmediato, de seguro. Ni la decisión de que justicia sea hecha, para todos.
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