La autoridad y la amnesia del gobierno, junto a la
persistencia represiva contra un pueblo. Es importante recordar. El Instituto
Nacional de Derechos Humanos nos ha recordado, en su cuarto informe de que la
violencia en Chile persisten y que los niños Mapuche siguen siendo torturados,
frente a sus familias y siguen sometidos a la pobreza dura impuesta sobre su pueblo.
Esta nota que precede el artículo-denuncia sobre tortura a
una menor busca mantener la realidad y la formación de una mayor
responsabilidad social. La Comunidad José Guiñón la he visitado y he visto los
resultados directos de los asaltos a esa misma comunidad. Lo observamos y denunciamos en el
2012 pero nada pasó. Unos días antes de la violencia en la otra Comunidad de
José Jineo, que describo. Las fotos sirven para recordar lo que no se debe olvidar y, menos, esconder.
Las Cortes funcionan permitiendo que este tipo de
abuso se haga en forma continuada. Justo un año antes de este caso, Enero
2012, tanto el Instituto Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Ética Contra la Tortura de Chile (en Temuco)
presentaron, separadamente, querellas contra Carabineros por la golpiza dada a una madre
que sostenía a su hijo menor. Había material de video –obtenido directamente
por una niña de 14 años presente en el ataque artero hecho por un official de
Carabineros de Fuerzas Especiales.
Me tocó ver el material una hora luego del incidente. Hicimos una querella junto con el abogado Jaime Madariaga, (actual abogado del Departamento de derechos Humanos del Ministerio del Interior). La violencia ocurrió en la Comunidad de José Jineo, La madre era Guillermina Pailavino y es evidente cuando el oficial golpea con la culata de su fusil antimotines. Las lesiones las observé yo mismo y tome fotos. Pero, pese a la evidencia y a haber denunciado el acto cobarde cometido, el sistema legal se las arregló para que nada ocurriese. Esta Justicia se esconde en el contexto de una Constitución inmoral y en el hecho, que ocurre en forma reiterada, de la colusión de las fuerzas represivas contra un pueblo. Las Cortes de Justicia (de Apelaciones o Suprema por igual) nada investigan y, simplemente, dejan pasar. Condenan con juicios violatorios y pretenden que Justicia es “cumplir las leyes" de una Constitución que nada tiene de justa y, mucho menos, de democrática. Esto lleva a una creciente violencia contra el pueblo mapuche, contra todo este pueblo, especialmente busca crear miedo en sus hijos, niños. Y no lo consiguen… Son muchos los dirigentes que habiendo sido golpeados en su infancia, torturados en las calles, en las comisarías, durante allanamientos violentos, con bombardeo de sus casas y tortura a sus mayores… Y el gobierno sigue al servicio de las forestales, de sectores ulra-reaccionarios… Negando, incluso por el Intendente, la existencia de organismos paramilitares violentistas como el Comando Trizano, como hemos visto hoy en El Mercurio (Sección C-Nacional, página C-10, Viernes, 12 de diciembre de 2014) que niega su existencia sobre un asalto la Comunidad de Temucuicui donde fueron colocadas bombas incendiarias en una casa y tierras que CONADI había, después de muchísimos años, había retornado a esas comunidades. Es triste ver que el mismo Intendente Francisco Huenchumilla, Mapuche él mismo, y que ha llamado “a resolver un largo problema político, y que el gobierno –su gobierno- no ha hecho gesto alguno para resolver estas conductas abusivas. Es evidente que el Intendente Huenchumilla ya no consigue ser apoyado y, retorna a las funciones asignadas a los intendentes: asegurar que continúe el modelito social de marras. O, como ha sido el caso desde este "no tan nuevo gobierno" no lograr impedirlo ante un gobierno sordo y no impedir la represión y las provocaciones. Mala señal. Y, ante esto los gobiernos hacen silencio total. Este segundo gobierno de la Presidenta Bachelet mantiene su misma política de permitir una Guerra Sucia contra un pueblo. Vivimos una vergüenza que nada tiene que ver con esta mal parida democracia… José Venturelli, recordando en diciembre 2014 la inmoralidad de siempre.
Me tocó ver el material una hora luego del incidente. Hicimos una querella junto con el abogado Jaime Madariaga, (actual abogado del Departamento de derechos Humanos del Ministerio del Interior). La violencia ocurrió en la Comunidad de José Jineo, La madre era Guillermina Pailavino y es evidente cuando el oficial golpea con la culata de su fusil antimotines. Las lesiones las observé yo mismo y tome fotos. Pero, pese a la evidencia y a haber denunciado el acto cobarde cometido, el sistema legal se las arregló para que nada ocurriese. Esta Justicia se esconde en el contexto de una Constitución inmoral y en el hecho, que ocurre en forma reiterada, de la colusión de las fuerzas represivas contra un pueblo. Las Cortes de Justicia (de Apelaciones o Suprema por igual) nada investigan y, simplemente, dejan pasar. Condenan con juicios violatorios y pretenden que Justicia es “cumplir las leyes" de una Constitución que nada tiene de justa y, mucho menos, de democrática. Esto lleva a una creciente violencia contra el pueblo mapuche, contra todo este pueblo, especialmente busca crear miedo en sus hijos, niños. Y no lo consiguen… Son muchos los dirigentes que habiendo sido golpeados en su infancia, torturados en las calles, en las comisarías, durante allanamientos violentos, con bombardeo de sus casas y tortura a sus mayores… Y el gobierno sigue al servicio de las forestales, de sectores ulra-reaccionarios… Negando, incluso por el Intendente, la existencia de organismos paramilitares violentistas como el Comando Trizano, como hemos visto hoy en El Mercurio (Sección C-Nacional, página C-10, Viernes, 12 de diciembre de 2014) que niega su existencia sobre un asalto la Comunidad de Temucuicui donde fueron colocadas bombas incendiarias en una casa y tierras que CONADI había, después de muchísimos años, había retornado a esas comunidades. Es triste ver que el mismo Intendente Francisco Huenchumilla, Mapuche él mismo, y que ha llamado “a resolver un largo problema político, y que el gobierno –su gobierno- no ha hecho gesto alguno para resolver estas conductas abusivas. Es evidente que el Intendente Huenchumilla ya no consigue ser apoyado y, retorna a las funciones asignadas a los intendentes: asegurar que continúe el modelito social de marras. O, como ha sido el caso desde este "no tan nuevo gobierno" no lograr impedirlo ante un gobierno sordo y no impedir la represión y las provocaciones. Mala señal. Y, ante esto los gobiernos hacen silencio total. Este segundo gobierno de la Presidenta Bachelet mantiene su misma política de permitir una Guerra Sucia contra un pueblo. Vivimos una vergüenza que nada tiene que ver con esta mal parida democracia… José Venturelli, recordando en diciembre 2014 la inmoralidad de siempre.
Grave maltrato de una niña mapuche y su padre
Comunicaciones
ANIDE
Una grave situación de violencia
policial contra una niña mapuche de 12 años y su padre denunció el
Instituto Nacional de Derechos Humanos en una querella criminal presentada ante
el Juzgado de Garantía de Angol. Britany Cariqueo Loncomilla, de 12 años, y su
padre, José Osvaldo Cariqueo Saravia, lonko de la comunidad Cacique José Guiñón,
comuna de Ercilla, son las víctimas de este episodio que incluyó golpes,
tortura y detención en un recinto no oficial.
La querella criminal que interpuso Lorena Fries, directora del
Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH, fue presentada ante la justicia
civil, pero el juez la derivó de inmediato a la justicia militar. Y aunque a
los pocos días revirtió su decisión, al cierre de este informe aun no se
realiza ninguna de las diligencias solicitadas. Todo lo cual, incluyendo un
posible conflicto de competencia con la justicia castrense, permiten suponer
para el caso una tramitación larga y tortuosa.
Los hechos denunciados se remontan a las manifestaciones
protagonizadas por comuneros el 5 de diciembre de 2013 tras la lectura del
fallo condenatorio dictado por el Tribunal Oral en Lo Penal de Angol contra
tres jóvenes mapuches en el juicio por el asalto y asesinato de Héctor Gallardo
Aillapán. En esa ocasión, la violenta intervención de carabineros
concluyó con un saldo de 14 detenidos, entre ellos el lonko José
Cariqueo y su hija, estudiante de 12 años. De acuerdo con el texto de la
querella, fueron aprehendidos en la vía pública mientras abordaban un
vehículo para volver a su comunidad y llevados a una “casa institucional de
carabineros (…) que no es un lugar de detención” y donde por alrededor de 45
minutos “fueron víctimas de aplicaciones de tormentos o apremios ilegítimos,
tanto físicos como mentales por parte de los funcionarios de carabineros”.
El lonko Cariqueo declara que fue detenido de
manera violenta por carabineros que lo arrastraron por la calle y lo ingresaron
al inmueble institucional en medio de golpes e insultos procaces y racistas.
Agrega que en el interior del recinto fue esposado con las manos en la espalda
y mientras se encontraba en el suelo fue objeto de una brutal golpiza en la que
participaron “también mujeres, y no eran de fuerzas especiales”. “Después,
cuando se ensañaron conmigo, me quemaron el pelo con el encendedor, yo sentí el
olor a quemado, yo no sentía nada, estaba mi cuerpo adormecido, convencido en
ese momento de que yo iba a morir…”, señala el lonko. Menciona a un oficial entre los
autores de los golpes y los insultos.
Britany Cariqueo fue también detenida y llevada a la “casa
blanca” donde “me tenían dos carabineras y me trataban con groserías, me daban
cachetadas”. Agrega que alcanzó a ver que propinaban puntapiés a su padre
y que a ella le sacaron sangre de narices y la obligaron a limpiar la sangre
que escupió en el suelo.
En las declaraciones de padre e hija llama la atención el
elevado grado de animosidad y racismo contra el pueblo mapuche expresado contra
en los insultos y amenazas que dicen haber recibido de los funcionarios
policiales. La constatación de lesiones realizada en la Comisaría de Angol por
el médico Cristián Aguilera, en presencia de la defensora regional Bárbara
Katz, determinó en el caso de José Cariqueo “contusiones equimóticas en
diversas partes del cuerpo” e incluye fotografías de esas lesiones. En cuanto a
la niña, se constató “contusión en labio superior y restos de sangramiento”.
La situación, afirma el INDH, configura la hipótesis de
tortura tanto física como sicológica y destaca que se ejecutó en un lugar
que si bien es una edificación institucional de carabineros, no es un recinto
de detención. El escrito de la querella acompaña abundante argumentación
fundada en la legislación penal chilena y en convenios e instrumentos
internacionales referidos a derechos humanos, derechos indígenas y derechos del
niño.
En el tribunal de Angol, la querella permanece paralizada.
Marcos Rabanal Toro, abogado patrocinante, explica que la acción fue presentada
el 26 de enero y que el juez de Garantía prácticamente de inmediato decidió
declarar su incompetencia por tratarse de una denuncia dirigida en contra de
funcionarios de Carabineros. Fue presentado entonces un recurso de reposición
demostrando con precisos antecedentes lo arbitrario de la resolución, tras lo
cual el Tribunal modificó su postura declarándose competente. Mientras tanto,
el escrito de la querella había sido enviado ya a la Fiscalía Militar y sólo
hace algunos días retornó al Juzgado de Angol y hasta el cierre de este
informe “no fue proveído en su mérito”, lo que implica que no se ha ejecutado
ninguna de las diligencias investigativas solicitadas. Sin embargo, ya el 6 de
marzo el fiscal militar de Angol había informado de la querella al Juzgado
Militar de Valdivia recomendando trabar la competencia.
El hecho de involucrar como víctima a una niña indígena de
12 años implica la absoluta condición de que el caso sea tramitado por la
justicia civil. Sin embargo, la investigación solicitada por el Instituto
Nacional de Derechos Humanos hasta el momento no ingresa al curso de
tramitación que establece la ley.
La autoridad y la amnesia del gobierno, junto a la
persistencia represiva contra un pueblo nos imponen recordar. El Instituto
Nacional de Derechos Humanos nos ha recordado, en su cuarto informe de que la
violencia en Chile persiste y que los ninnos Mapuche siguen siendo torturados,
frente a sus familias.
Este artículo, que vuelvo a publicar (separado de este documento) indica lo que en enero 2012 sucedía y que el gobierno y justicia nada hicieron. Y el Estado juega al silencio y el engaño.
Crímenes imperdonables contra comunidades mapuche y sus niños. La cara actual de la guerra sucia y de la injusticia en Chile. Un informe preliminar.
José Venturelli, Pediatra, Vocero, Secretariado Exterior de la CECT – 13 de enero del 2012
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