Saturday, December 10, 2011

Un año de despertar colectivo, de pensar sin miedo y de creciente represión por el Estado.



 Punto crucial entre el Chile represivo que muere y otro país ávido de justicia social que bosteza.

Los documentos anexos, presentados por el Grupo de Observadores de Derechos Humanos[1] ante la Comisión Interamericana de DDHH's y la Comisión de DDHH's del Congreso contienen un extensa gama de actos represivos, -todos delictuales por violar convenios de los cuales Chile es signatario- que deben ser conocidos, divulgados, presentados en ferias de DDHH's, exposiciones y discusiones públicas en todos los medios posibles. Muchos ya son conocidos pero su masividad debe ser enfatizada a nivel nacional e internacional para establecer con claridad esta información de los actos del gobierno, de sus entidades represivas y que éste controla, manda y usa para ejercer su voluntad política (Por ejemplo, como la de negarse a negociar con el movimiento por una educación, pública, de calidad y con equidad y transformar el todo en un movimiento de delincuentes con los que sólo la violencia pude ser la respuesta) Las normas de lucro, factores centrales de las políticas del Chile que muere, han sido las determinantes de todo el exitismo inmoral que hoy se vive. Vienen desde el primer día resultante del acto de terrorismo de Estado que plagó al país. La juventud, la lucha de los pueblos mapuche, de trabajadores, pobladores, pescadores, profesores y tantos otros han dicho ¡basta! Y es ante estos diversos grupos humanos que la represión denunciada en este Informe es ejercida. La sordera de este Estado, forjado en dictadura, y que sigue sordo a los clamores democratizantes por una sociedad fraternal reflejan la diferencia entre lo que, efectivamente, muere en este país  por retrógrado, y las esperanzas sociales que nacen y seguirán adelante. El Estado y Gobierno no han demostrado saber ni querer escuchar. Pero los cambios vienen y la represión que se ofrece como respuesta es responsabilidad de todos detenerla. El sistema partidista, parlamentario, de justicia y gobierno han llegado al fin del camino y los pueblo de Chile exigen sus derechos fundamentales y no cejarán hasta conseguirlos. Una etapa democrática se ve al fin del túnel creado por la dictadura y las diversas comparsa que as  acompañaron por más de 20 años al final de esta.

Ante esta situación, la Presidenta de la Comisión Ética Contra la Tortura de Chile, Juana Aguilera Jaramillo, indica la necesidad de apoyar a estudiantes que han sido violentados, sometidos a torturas, desnudadas y desnudados en presencia de adultos, presentados a delincuentes comunes y que sufrieron otras formas de trato denigrante, específicamente condenados por el Convenio contra Tortura que Chile no respeta ni hace esfuerzo alguno para prevenir. Indica su mensaje  la necesidad de encontrar los servicios profesionales y canales de derivación para que esos menores -muchos son estudiantes de la educación media- sean tratados y acompañados en estas experiencias que están produciendo daño y secuelas de esta inmoral y planificada represión realizada por e Estado y ejecutada con los cuerpos que deberían impedir que ocurriesen. La inmoralidad colectiva del aparato Estado-Gobierno debe ser denunciada y cuerpos como el Colegio Médico y otros Colegios de Salud Mental, así como Profesores, Psicólogos, Sociólogos, Trabajadores Sociales deben ir en apoyo a esta creciente masa de personas en alto riesgo y, con ello, exigir el fin a esta represión vista antes sólo en la dictadura. La realidad actual configura el ejercicio de medidas de una dictadura que se esconde bajo el manto de una seudo-democracia cuya cobertura legal sigue siendo la dada por una Constitución hecha en dictadura y cuyos objetivos nada han cambiado desde entonces. "Darle una mano a las niñas y niños afectados por la represión" es la frase concreta que destaca. Los Ministerios de Salud y de Educación nada han hecho al respecto y se han movido en el campo de denigrarlos, perseguirlos y manipular el contexto en base a sus políticas de lucro y anti-democráticas. Por ello, los grupos sociales y profesionales deben salir adelante ante este crimen social.

¿Estamos en condiciones de responder a esto? La respuesta sabemos que es NO. Contribuye a esta "inmovilidad social" la larga historia de represión y amedrentamiento colectivo, a la que hasta el Presidente Piñera se sumó recién llegado al gobierno, indicando de que era bueno que se le "tuviese miedo a la policía" (Transmitida por diversas radios el 29 de Marzo del 2010 y dicha en el contexto de maniobras represivas para ese día de marchas y recuerdo en memoria de asesinados por la acción policial).  Exigir “obediencia ante la ley” fue una artimaña usada por todos los presidentes Post-Pinochet. El pueblo, moralmente hoy establece la desobediencia.


Estos días la brutal represión "a la Vietnam" que se hace contra las comunidades Mapuche en Ercilla y otras regiones debe ser incluida en esta cuenta. Sus caraterísticas incluyen, además, claros razgos racistas y de apoyo directo a los que se hicieron, durante la dictadura y los años de gobiernos coludidos con el proyecto dictatorial, del 90% de las tierras mapuche. Hoy las explotan destruyendo el medio ambiente y con el uso de las fuerzas policiales que provocan y llevan adelante su guerra sucia. Tenemos un Estado que busca más violencia por su incapacidad de pensar en algo diferente que obligar a obedecer y su avidez enfermante po el lucro. Establecen una dictadura "legalizada".

Los cuerpos profesionales, incluidos los de los medios de comunicaciones e información, también afectados y reprimidos por este mismo Estado, pueden y deben transformarse, por razones éticas y morales ineludibles, en parte de la solución a esta grave violación de los derechos humanos en el país.Esta agenda no fue cerrada: se está abriendo y se suman las grandes mayorías, que abren las alamedas de las que tanto se ha hablado.

José Venturelli, Pediatra – Vocero Secretariado Europeo de la CECT  10 de diciembre 2011  (Día mundial de los DDHH’s)


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