Las "reformas" a la chilena, no funcionan -ni funcionarán- porque el gobierno no tiene interés en alterar el modelo que ya ha defendido y que asegura la pobreza y la inequidad en Chile
En Chile la manipulación de la economía, como en muchos otros países (Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador para nombrar unos pocos, tan solo en América Latina) es un camino que permite mantener el modelo socio-económico de inequidad e injusticia social y, de ser necesario, llevarlo a los boicots como el de Chile para apurar el golpe de Estado o para tratar de destruir por ahorcamiento a un país, que es el caso de Cuba. Éxito en el primero y fracaso, aunque con mucho daño, en el segundo, ambos recibieron el apoyo de los organismos controladores del modelo de agresiones económicas, manejados por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la "Organización Mundial del Comercio" que cada cierto tiempo le da más privilegios a los sistemas financieros que son antidemocráticos en forma permanente. Estos modelos necesitan un alto grado de represión contra la protesta popular que se da en el Tercer Mundo pero también en Europa.
El artículo que sigue es una entrevista de un economista del Equipo de Fundación Sol donde se ha demostrado con evidencia que las medidas económicas de todos los gobiernos post dictadura han mantenido un modelo injusto y que se ha beneficiado con las múltiples leyes anti-trabajadores, anti-sindicatos y que aseguran la inequidad para la mayoría y el lucro exagerado para quienes controlan el aparato estatal.
¿Crisis económica o profecía autocumplida?
http://www.confusam.cl/index.php?option=com_k2&view=item&id=1283:%C2%BFcrisis-econ%C3%B3mica-o-profec%C3%ADa-autocumplida?&Itemid=112
Entrevista reciente de Confusam al el economista de Fundación Sol, Gonzalo Durán. Lunes, 20 de Octubre de 2014 00:34
Desde antes que asumiera la Nueva Mayoría, comenzó a resonar fuerte el argumento de que en Chile se iniciaba una crisis económica y que las reformas propuestas solo la agudizarían. Ese temor penetró una vez más en la ciudadanía y también en las autoridades, restringiéndose bastante el alcance de la reforma tributaria y, seguramente, de las otras que vienen. Pero ¿estamos en crisis o es solo un fantasma para evitar que se avance en transformaciones más profundas?
“Técnicamente para que haya una crisis económica, deben existir dos trimestres consecutivos donde el PIB decrece y eso no se ha dado. Lo que ocurre es que nos estamos desacelerando. Es como si en vez de ir a 100 kms fuéramos a 70, o sea seguimos creciendo pero a ritmo más bajo. La economía chilena como la mayoría de las economías de América Latina comenzó un ciclo de desaceleración a fines de 2012”, precisa el economista de Fundación Sol, Gonzalo Durán.
Agrega que somos chinadependientes y que cuando ese país decrece nos impacta. Advierte que si, hipotéticamente, el gigante asiático entrara en crisis, lo mismo nos ocurriría “porque esa ha sido la estrategia de desarrollo que tenemos como país desde hace 35 años: apertura comercial al máximo y total dependencia de otras economías, porque existe una estrategia de casi nulo blindaje a los ciclos mundiales. Uno no puede vivir pensando que no habrá ciclos de alza y baja. Entendiendo esa dinámica, debieran existir también los amortiguadores”.
Profecía autocumplida
Sin embargo, además del proceso de desaceleración iniciado hace ya casi dos años, el economista plantea que lo que se viene produciendo en nuestro país es una profecía autocumplida. Así, explica, los agentes económicos vaticinan, por ejemplo, que Chile entrará en recesión y eso provoca una serie de circunstancias. En medio de la discusión por la reforma tributaria se da una fuerte señal de que lo propuesto es nocivo para la economía y así sucede. Añade Gonzalo que ese objetivo es fácil de lograr en una economía donde el 1 por ciento de la población acumula el 30,5 de los ingresos. “Es posible que un grupo de empresarios decida suspender la inversión y dejarla para el siguiente semestre y luego decir que la inversión cayó”, enfatiza.
Pero la desaceleración no ha sido igual para todos. Hay industrias que están ganando más que nunca. Entre ellas, cita que las isapres aumentaron sus ingresos en un 45 por ciento el primer semestre; los bancos en los primeros siete meses los elevaron en un 38,6 por ciento y Cencosud incrementó sus utilidades en un 115 por ciento.
Por ello, habría que preguntarse quién decrece cuando Chile decrece ¿son los grupos económicos o quienes viven de las rentas de su trabajo?
Reformas laborales que vienen
Hoy la situación económica en el mundo laboral sigue muy contenida para la mayoría; el 70% de los chilen@s gana menos de 400 mil pesos y el 80, menos de 500 mil. Como consecuencia más del setenta por ciento de los hogares está endeudado y hay más de tres millones de morosos.
A juicio de Gonzalo Durán en los próximos meses debiera darse una presión mucho más directa de los trabajadores para que la reforma laboral no siga el mismo camino de la tributaria: “la reforma tributaria fue muy moderada y eso que no tocaba una serie de aristas, como bajar el IVA o crear un royalty a la minería. El FUT -lamentablemente- sigue existiendo en uno de los mecanismos que se creó. Por eso, es posible pensar que para las reformas laborales se invente una fórmula que permita que si se termina con el reemplazo de trabajadores en huelga, este se perpetúe de otra forma”.
El economista proyecta que las "señales de terror” que ha entregado el mercado continuarán, dado que rindieron efecto durante la discusión tributaria. Afirma que con la reforma laboral se toca directamente la zona donde se produce la riqueza: “en las relaciones de producción trabajadores y empresariado; ahí está la distribución del ingreso y es por eso que el empresariado les teme mucho porque afecta su tasa de ganancia”.
Comenta que durante un debate se le preguntó a Felipe Morandé, ex ministro de transportes de Piñera, cuándo sería el momento para hacer reformas laborales y este respondió que nunca. "No lo fue cuando Chile creció al 6 por ciento y tampoco lo será ahora. En todo caso, se agradece esa muestra de sinceridad política", concluye.
Infusam N°5, octubre 2014
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