Este documento del historiador chileno, Iván Ljubetic Vargas, muestra en breve, la esencia de el heroísmo racista del Estado chileno. Dibujo de Tardi (Francia) JV.
CÓMO SE DESPOJÓ DE SUS TIERRAS AL PUEBLO MAPUCHE
Iván Ljubetic Vargas
El Lago
Villarrica se encuentra ubicado en la IX Región de la Araucanía. A su alrededor
actualmente hay dos ciudades. Una es Villarrica, emplazada en su extremo Oeste.
SANTA MARÍA
MAGDALENA
Villarrica fue
fundado en abril de 1552, por orden del conquistador Pedro de Valdivia, en la
ribera sur del río Toltén y a la orilla occidental del Lago de Mallalanquén.
Fue bautizada con el nombre de Santa María Magdalena de Villa-Rica, en alusión
a los ricos lavaderos y vetas de oro que se descubrieron en quebradas y bosques
de la zona.
El pueblo fue
fundado precisamente con el objetivo de
explotar esos lavaderos de
oro y, además, para consolidar un paso invernal hacia las pampas, del
territorio hoy argentino, pero que por entonces
pertenecía a la Capitanía General de Chile.
Durante la
Colonia española, Villarrica llegó a tener unos 600 habitantes, sin contar la
servidumbre. Se había levantado una hermosa iglesia parroquial frente a la
plaza. También existían conventos de los franciscanos, los mercedarios y dominicos. Contaba con un molino y
una fábrica de ladrillos y de tejas.
LEVANTAMIENTO
MAPUCHE
En 1598 se
inició una formidable insurrección del pueblo mapuche, con el objetivo de
liberar sus tierras de los invasores españoles. Fue una ola libertadora que
también barrerá con Villarrica.
En 1598 tuvo
lugar la batalla de Curalava, a orillas del río Lumaco. En ella, los mapuches
al mando del toqui Pelantaru, derrotaron a los invasores, encabezados por el
Gobernador de Chile Martín García Oñez de Loyola, quien estuvo entre los
españoles muertos.
Esta batalla
marcó el inicio de una gran ofensiva de los defensores de sus tierras. Fueron tomadas y arrasadas siete
ciudades. Una de ellas fue Villarrica.
Durante un
prolongado tiempo la acosaron los mapuches, con frecuentes ataques y
estableciendo un cerco en torno a
ella. Cortaron así las comunicaciones con La Imperial (actual Carahue) y
Santiago. Después de un largo asedio, cayó en poder del toqui Millacalquin, en
octubre de 1601.
TERRITORIO
LIBRE DE INVASORES
Una a una,
cayeron las siete ciudades al sur del Bio Bío. Huyeron los conquistadores,
dejando tras sí a unos mil soldados muertos, quedando cautivos 400 mujeres y
niños españoles y mestizos.
La inmensa zona
al sur del Bio Bío se transformó en territorio libre durante más de dos siglos.
Los conquistadores, a diferencias de todo el resto de los habitantes originarios
de América, nunca pudieron dominar al bravo pueblo mapuche.
Durante unos
250 años Villarrica desapareció del mapa. Fue necesario que el Gobierno de
Chile realizara la cínicamente llamada “pacificación” de la Araucanía, para que
fuera reconstruida..
Después de tres
siglos de encuentros esporádicos, se inició en 1862, durante la administración
del Presidente José Joaquín Pérez, la ocupación de la Araucanía, zona
comprendida entre los ríos Bio Bío y Toltén, territorio en que habitaban 100
mil indígenas (picunches,
huilliches, cuncos, pehuenches y mapuches).
SE INICIA LA
“PACIFICACIÓN”
La campaña de
anexión fue llevada a cabo según un plan confeccionado por el general Cornelio
Saavedra, nombrado Intendente de Arauco en 1860. Este comprendía acciones militares,
fundación de fuertes y ciudades, construcción de obras públicas.
La aparición en
1861 del francés Orellie Antoine de Tounens, que se proclamó Rey de la
Araucanía, dio nuevos argumentos
para la ocupación militar de esa Región.
Se había
iniciado la llamada “pacificación” de la Araucanía. En poco tiempo el general
Cornelio Saavedra ocupó militarmente la zona comprendida entre los ríos Bio Bío
y Malleco. En 1862 refundó la ciudad de Angol y los fuertes de Mulchén y Lebu.
No fue una anexión pacífica, porque los mapuches que habitaban en las cercanías
del Malleco, opusieron resistencia armada. Hubo una sublevación liderada por el
cacique Quilapán.
DESPOJO DE
TIERRAS Y EXTERMINIO
En 1866 se promulgó la Ley sobre tierras de la Frontera, que
determinó la radicación de los indígenas en comunidades o reducciones. Ese
mismo año, el general Cornelio Saavedra fue designado comandante del Ejército
de la Frontera.
Entre 1867 y
1868 se llevó cabo una segunda campaña del general Saavedra.
Se produjeron
varias acciones bélicas. Una fue el combate entre la división del comandante
Lagos y las fuerzas dirigidas por el cacique Quilapán, que tuvo lugar en 1868
y, en el cual, fueron derrotas las tropas chilenas.
A partir de ese encuentro y hasta 1869, el ejército de Saavedra llevó adelante una campaña de exterminio contra los mapuches, destruyendo sus siembras y quemando sus aldeas en la línea del río Malleco.
LA LUCHA CONTINÚA
En enero de 1881 los mapuches se alzaron en nueva insurrección, intentando recuperar los territorios al sur del Bio Bío. Las tropas chilenas obtuvieron en ese mismo mes los triunfos de Chorrillos y Miraflores en la Guerra del Salitre (llamada erróneamente Guerra del Pacífico). Ello dejó al Gobierno chileno en condiciones de enviar nuevas fuerzas a la Araucanía.
El 28 de enero de 1881 llegó a Angol el Ministro del Interior, Manuel Recabarren, con 2 mil hombres de las tres armas: Caballería, infantería y artillería.
El 4 de febrero las tropas chilenas avanzaron hacia Traiguén. El 13 de ese mes, se fundó el primer fuerte de la línea del Cautín, en Quino, junto al río del mismo nombre. Ante la superioridad numérica de las tropas enemigas, los combatientes mapuches se retiraban quemando pastos, montes y rucas. El día 15, se levantó el fuerte Quillem. Los mapuches asaltaron en Perquenco parte del convoy de carretas que llevaba los abastecimientos para las tropas. El 18, se echaron las bases del fuerte Aníbal Pinto, que enseguida se denominó Lautaro. El 21, se fundó el fuerte de Pillanlelbún. Cerca del cerro Ñielol y junto al río Cautín, en un lugar que los mapuches llamaban “huapi” (isla), los soldados chilenos fundaron el 24 de febrero de 1881, el fuerte de Temuco, palabra que significa “agua de Temo”.
En 1882, asegurada la victoria en la Guerra del Salitre, el gobierno chileno envió nuevas tropas al sur. A su mando venía el coronel Gregorio Urrutia, nuevo comandante del Ejército de la Frontera. La enorme superioridad de las fuerzas chilenas, le permitió derrotar a los mapuches. Y fue precisamente en Villarrica, donde la heroica resistencia de la "gente de la tierra" fue definitivamente aplastada.
Con fecha 1º de
enero de 1883, escribió el coronel Urrutia: “Hoy he tomado posición del fuerte
donde estuvo fundada la ciudad de Villarrica... Agradezco profundamente estas
manifestaciones, pero soy yo quien debe felicitar a los señores jefes,
oficiales y tropas por los grandes esfuerzos desplegados en esta campaña,
terminada el último día del año que acaba de expirar y creo será postrero de la barbarie (sic)... En todos mis actos he
procurado hacer la ocupación araucana convenciendo al indio de las ventajas de
la civilización”.
“CIVILIZANDO A
LOS SALVAJES”
Este documento
enviado por el coronel Urrutia a sus superiores, es una típica muestra de
cinismo. Refleja la mentalidad de las clases dominantes que guiadas por la
intolerancia, no podían concebir la existencia de diversos pueblos en un país.
No podían aceptar la diversidad. Para ellas, el pueblo mapuche no era un pueblo
culturalmente distinto, sino simplemente un bárbaro, un salvaje, al que había
que “civilizarlo”, someterlo por cualquier medio, especialmente con la fuerza
de las armas. Para lograr este objetivo sembraron la Araucanía de fuertes.
Además de los ya mencionados, erigieron los de Carahue y Nueva Imperial.
EXPROPIACIÓN DE
LA TIERRA
La ocupación
militar de la Araucanía significó el derramamiento de sangre de muchos
indígenas, la usurpación de sus mejores tierras y la transformación de éstos,
en campesinos pobres.
Al pueblo
mapuche se le expropió el 90% de su territorio. De los 5 millones de hectáreas,
que comprendía la región entre el río Malleco y Valdivia, a los indígenas se les encerró en menos de 500
hectáreas. El resto fue rematado a latifundistas y colonos.
Con toda
razón, Lorenzo Colimán señaló: “Lo
que hemos conseguido con la civilización que dicen que nos han dado, es vivir
apretados como el trigo en un costal”
Inicio del más grande Genocidio de la historia de la humanidad…
ReplyDeleteEsta fecha llena de consecuencias y de significados contradictorios, nos obligan a acudir a la historia para mejor comprender las visiones y las realidades de Abya Yala, lo que los mestizos llamamos América.
En las escuelas se nos enseña que hasta aquí habría llegado un descubridor, conquistadores: estos 2 términos encierran en si una profunda contradicción, me explico, descubrir según el Rae: Hallar lo que estaba ignorado o escondido, principalmente tierras o mares desconocidos, pues bien, no hubo tal descubrimiento, ya que en esta parte de la tierra vivían millones de Abya Yalanos, por lo tanto no se trata de algo desconocido ni ignorado, aquí hubo invasión, pero de ninguna manera hubo descubrimiento, veamos el termino conquistador: Ganar, mediante operación de guerra, un territorio, población, posición, etc. En esta invasión de expoliación, pillaje y saqueo por parte de los países europeos (España, Portugal, Gran Bretaña, Francia, Holanda) y sus ejércitos, se violaron todos los derechos fundamentales de la humanidad: genocidio, asesinatos, torturas, violaciones, seres humanos quemados vivos en la hoguera, robo generalizado, esclavitud, aquí hay crimen de lesa humanidad, etc.
Cuál sería su posición si llegara alguien a su casa, lo expulsa y le dice que trae unos documentos que certifican que vuestra propiedad le pertenece, ya que esta le fue otorgada por un ser superior (Tratado de Alcaçovas el 04 de septiembre de 1479 y de Tordesillas el 07 de junio de 1494) y para seguir la mentira, le dicen que su vida no le pertenece y que usted es un pecador y que todo lo que le sucede es de su culpa, porque lleva el pecado original, que a partir de ese momento tiene otro dios y otro nombre, que no puede hablar su lengua, ni tocar su música, ni vestirse de esa manera, pues bien esta es la esencia, la base de nuestra civilización y cultura, de nuestra legalidad, de nuestro mundo. ¿De esto hay que sentirse orgulloso y superior?, ¿Esto hay que conmemorar y celebrar?
En realidad no veo porque debemos celebrar esta fecha como un acontecimiento positivo y llamarla más aun el día de la Raza, sabiendo pertinentemente que aquí vivían seres humanos y no es la invasión de los europeos y en el mestizaje que obtuvimos la calidad, el linaje de “raza”, la raza humana es una sola e indivisible, no hay razas, hay una multitud de pueblos, con diferentes culturas propias de sus realidades y latitudes. Hablar del día de la raza es un insulto, es Racismo puro, esencia del Fascismo, la negación del otro. Este día es un día de duelo, el cual debería hacernos reflexionar sobre la Civilización, la Cultura y la Educación, sobre la transmisión de valores y principios que recibimos, que transmitimos y perpetuamos, sobre el valor de la vida y por sobre todo de la transmisión de la Verdad.
Cuando hablamos de América Latina, hablamos de ese territorio comprendido entre el río Grande y la Tierra del Fuego, como lo dice el termino latina, aquí hay más que un problema, aquí hay un atentado gravísimo a los derechos humanos, de xenofobia y de racismo contra los pueblos originarios, ya que estos no tienen cultura latina y millones de ellos no hablan castellano y tienen una religión diferente al mundo judeocristiano y latino, esto es un grave error que hay que reparar y debemos banir, proscribir de nuestros escritos y vocabulario este termino de América Latina. El término de Abya Yala es el correcto y es hacer justicia a los pueblos originarios de Abya Yala.
Nosotros los hijos, mestizos de este continente, tenemos un deber ético y moral con nuestra sangre, con nuestra Identidad y hacer justicia con los auténticos y verdaderos dueños de esta tierra, se trata de justicia y de nuestra dignidad.
Y me pregunto ¿qué hace que una persona o un pueblo se niegue así mismo, niegue su sangre, su madre?, ¿porqué borrar nuestra memoria y sofocar nuestra identidad?, ¿Cuál es nuestra patria: el dólar $?
Fernando Morales Escobar