16-10-2013 Recibido de Rebelión
El
"Nunca más" a la chilena y la señora Bachelet
Reinalda
Escobar
En poco menos de un minuto
y medio la candidata presidencial de la Nueva Mayoría Michelle Bachelet, fijó
su posición en materia de derechos humanos, que pretendió disfrazar de ambigua,
en una entrevista en profundidad transmitida a través de un canal de televisión
dos días antes del primer “debate” en la ciudad de La Serena, donde 8
aspirantes a La Moneda dieron a conocer sus ofertas de campaña a todo el país,
a excepción de “la señora” que tenía, como dice una amiga cuando quiere huir de
situaciones incómodas, “un compromiso ineludible”.
La señora Bachelet aceptó que revisaría
"CASO a CASO" la situación de los agentes del Estado que violaron los
derechos humanos durante la dictadura, entre los cuales se encuentra su propio “interrogador”,
echándose al bolsillo el Tratado de Roma ratificado por Chile en el Congreso
durante su gobierno en 2009, que establece claramente que quienes hayan sido
condenados por delitos de lesa humanidad (es el caso de estos criminales) no
tienen derecho a beneficios carcelarios que consisten en salidas
dominicales, salidas diarias, ni a indultos, ni a prescripciones, ni a media
prescripciones, ni a la amnistía, ni a nada que se parezca burlar sus condenas.
Chile país
de jaguares tipo gatito callejero
Hay ocasiones, no es ésta por cierto, en
la que dan ganas de reírse hasta quedar muda de carcajadas, pero dándole
vueltas con amigos a la hora del almuerzo, después de evaluar si los
chilenos tenemos daño neurológico transitorio o permanente, y por otro lado
recordar que somos periodistas en el balcón de otra amiga, cuestionando
el rol mediador de la prensa y la falta de rigor que vemos a través de
los medios (obviamente debido al control que tienen las cinco o siete familias
ricas de este país, para no denostar al gremio y apegarnos a la dura verdad) en
que nos muestran un país bipolar, si no es el culo de la farandulilla es la impudicia de los políticos, algunos más agudos
pensarán que no hay mucha diferencia.
Pero con todo, hay límites que no se deben
cruzar, y así lo dejó demostrado el “compañero” (Sebastián) Piñera que llegó, vino
y con toda su pachorra después de hacer la terapia del dolor nacional durante el mes de septiembre post 11,
cerró el penal Cordillera (penal VIP 7 estrellas para militares
violadores de los derechos humanos que le construyó la Concertación) y asumió
el triunfo del NO en el plebiscito del 5 de octubre de 1988 como el inicio del
triunfo a la democracia, desmarcándose de la anquilosada y sacrosanta figura de
Pinochet, logrando de paso la furia de la ultra derecha fascista que no dejaba
de revolcarse en su rabia, por esta traición a la familia militar. Para
no horrorizar a nadie por mi falta de objetividad periodística, paso a
transmitir la cuña, dejando en la antesala el: manifestó, señaló, dijo, declaró,
enfatizó, expresó, concluyó y todo eso que le gusta tanto a los editores,
para dejar establecido que lo que dijeron, lo dijeron, y por tanto es objetivo
y estará lleno de asepsia.
“Pregunta:
Michelle en un eventual gobierno ¿usted estaría dispuesta a dar indultos a
militares que están condenados por delitos de derechos humanos y que estén
enfermos?
Respuesta. MB: Mire yo creo que siempre estos casos
hay que analizarlos uno por uno, depende mucho de las condiciones, tendría que
evaluarlo muy fuertemente, no es un tema fácil para mí, te lo digo”.
P: ¿Usted estaría dispuesta a indultar
a su torturador?
MB: Esto no es un tema personal, yo en lo personal, si
fuera solo por lo personal, podría hacer muchas cosas, pero yo creo que lo que
importa, y eso es lo que yo tendría que evaluar muy bien, es cuál es la señal
que estamos dando al país, y eso es lo que yo tendría que reflexionar muy fuertemente sobre eso. Sé que mi repuesta suena
vaga, pero no es un tema que yo me haya planteado realmente -¿pero que tampoco
lo descarta?- Tendría que reflexionar muy profundamente, tomar en consideración
todos los pro y todos los contra para tomar una decisión de esa naturaleza, pero
hoy día, la verdad es que no lo tengo claro".
Para quienes tenemos el deber de vivir en
la patria cercada por una larga cordillera no existen muchas opciones, pero la
dignidad debería ser algo inclaudicable, no solo porque siempre es bueno poder
mirarse de frente al espejo, sino porque no se puede olvidar a nuestros
muertos, a quiénes dejaron la vida para transformar la sociedad, a quienes
mutilaron sus vidas por transformar la sociedad en algo mejor, es por tanto
nuestro deber impedir que en Chile se vuelva a repetir que las fuerzas armadas y
civiles bombardeen La Moneda, torturen, hagan desaparecer y asesinen a más de
40 mil chilenos, según consignan las cifras después de las Mesas de Diálogo
concertacionistas, que nos dejaron “justicia en la medida de lo posible”.
Conmemoración
del Golpe de Estado
A 40 años del golpe de
Estado en Chile, tuvimos el septiembre más duro que se puede recordar,
era imposible no llorar en cada acto, no dejar de abrazar a quienes sufrieron
la tortura, la desaparición de su padre, el asesinato de su familia completa, a
quienes sufrieron el miedo. A 40 años del golpe de Estado tuvimos que tratar de
hacerles entender a nuestros hijos cómo se lograba vivir en constante “Estado
de Sitio”, escuchando encerrados en nuestras casas las balas y el paso de los tanques.
Entonces pasa septiembre y “la señora” se dispara en el pie a través de televisión, y no solo eso, manifiesta
que tiene una muy buena relación con la prensa y que no entiende por qué la
acusan de no querer dar declaraciones, después que la hemos visto leer el
comunicado y salir como los artistas de circo detrás de una cortina o un
biombo construido especialmente para sus actos de desaparición magistral. Hay que
admitirlo, “la señora” es una artista de la pirotecnia.
Todo eso estaría bien, es parte del acto
electoral, pero desconocer que este país con todas sus falencias en materia de
justicia, cuenta con un Tratado de Roma ratificado por Chile, que impide repensar
siquiera rebajar las condenas de militares (agentes del Estado) condenados por atentar
contra los derechos humanos, es pasarse de la raya.
Pero lo más lamentable no fueron sus
declaraciones, sino el silencio cómplice del día siguiente, justo cuando se
esperaba (la esperanza es lo último que se pierde, reza el dicho popular) que
las organizaciones de derechos humanos salieran indignadas a reclamar contra quién
seguro gobernará los cuatro años siguientes, para recordarle a “la señora” el
Nunca Más, que Nada ni Nadie está
olvidado. Para dejar establecido que no se permitirá otra amnistía, ni siquiera
a la chilena. Para protestar por sus balbuceos dirigidos a la “familia militar”.
No hubo comunicados, no hubo pautas para una conferencia de
prensa conjunta siquiera, no lo hubo… esperaron a que los periodistas fueran
hasta las agrupaciones a preguntarles por su reacción, y entonces recién
hablaron, dijeron que estaban preocupadas.
Nunca más tortura, nunca más ejecuciones, nunca más desapariciones por
agentes del Estado en contra de la población civil, así lo repitieron
majaderamente en cada declaración durante septiembre los presidenciables, los
candidatos al parlamento, los
honorables parlamentarios, los presidentes de los partidos del bloque Nueva
Mayoría. Nunca Más y se registran un poco más de 26 muertes entre los cuales
hay militantes de izquierda, mapuche, trabajadores, estudiantes y sin personas
sin militancia, desde 1990 hasta el 2011 por parte de Carabineros, Fuerzas
Armadas y Policía de Investigaciones (agentes del Estado).
Comenzando por Marco Ariel Antonioletti, José
Miguel Martínez, Mauricio Gómez, Pedro Ortíz, José Araya Ortíz, Claudia López,
Daniel Menco, Alex Lemún, Juan Collihuin, Rodrigo Cisternas, Matías Catrileo y
Manuel Gutiérrez, solo por nombrar algunos.
Centenares de denuncias se acumulan en medios
alternativos por torturas, vejaciones sexuales e interrogatorios que han
sufrido los estudiantes secundarios y universitarios que han sido detenidos
durante las manifestaciones. Denuncias por secuestro express por parte de Civiles
No Identificados (CNI), o Agentes No Identificados (ANI) y también la
desaparición del joven mapuche de 16 años José Huenante, quién fue detenido por
carabineros el 3 de septiembre de 2005 en la ciudad de Puerto Montt, para nunca
más volver a saber de su paradero, agregando a esto que han convertido a las
comunidades mapuche en zonas militarizadas en constante “Estado de Sitio”
durante todos estos años de Transición democrática. Nunca Más y la segura
ganadora de las elecciones de este 17 de noviembre nos deja mudos,
inmovilizados,
sacando la calculadora y tratando de
convencernos que no tenemos más opciones.
A modo de recordatorio: Nunca más. Nada ni Nadie está olvidado.
Rebelión ha
publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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