Los millones, las elecciones, los electos y los elegidos…Los parlamentos dependen y pueden parecer Circos o zoológicos, pero, rara vez, Parlamentos democráticos.
El sistema electoral es un tema muy importante que debe permitir establecer mecanismos dignos en la discusión política. Mientras la mentalidad central de las decisiones políticas sean de favorecer a los poderosos, a esos empresarios que dominan, es decir, al dinero por sí y ante sí, no habrá espacio para respetar al ser humano.
El capitalismo en su esencia tiene la podredumbre pegada a su alma -si es que la tuviera! Todo lo pudre y todo lo emputece. No hay aspecto en que se pueda rescatar cuando todo depende de como ganar, ganar mucho, groseramente, transformarse en verdaderos Reyes Midas sin que ningún otro factor pueda ser significativos. La forma como se hicieron las grandes fortunas en Chile ha permitido -hasta por ahí, no más- esconder todos los otros valores importantes de una sociedad. De allí que los Luksic, Matte, Piñera, Angelini pasen siempre por los campos de la ilegalidad, de la ilegitimidad y entren en francos fraudes. No se puede tener tantos brazos sin ser un pulpo... (con el permiso de los pulpos reales que no son dañinos…) Por eso tenemos una “constitución detergente”: blanquea.
Del mismo modo, como tiran telas de araña para atrapar al campo de la ley, "han logrado salir adelante". El principio de "ser vivo" pasa por delante de ser honrado. Los Pelambres, la celulosa y forestales… También, las tierras de Tantauco (del Presidente “comprador compulsivo", de memoria sesgada de lucro porque no quiere responder a esto ni devolver lo que corresponde); o las estafas de los supermercados o del agua, el fútbol, -y por donde exista mucho dinero- son todas expresiones de que en Chile, la política, envuelta por una inmoralidad en el control de la información, y amarrada con alambre represivo, es fundamentalmente inmoral, triunfalista y sin respeto por el país o por ningún principio humano o social.
Las elecciones están en ese terreno: se traducen en influencias y estas en dinero. La Constitución está como control general –bitácora del dictador y de sus socios asociados en suciedad y que ahora persisten sin el tirano- y, por eso, quienes están en ese campo -salvo excepciones- son los que se saben manejar en el campo de las sinvergüenzuras de todo tipo (El agua, las Royalties, el mar, las subvenciones y regalías a las forestales, el constante "olvido" de no usar el Convenio 169 de la OIT, la educación, la salud, la construcción, la energía, etc...
Tarea para mucho tiempo y que sólo las luchas que el pueblo requiere irán definiendo a los luchadores decentes. Los movimientos y frentes en esas luchas re-estructuran el campo político: no en torno a tales o cuales fortunas sino en torno a necesidades de todos los chilenos. No en torno a tal o cual partido sino partiendo de la realidad y no del subjetivismo partidista tan chileno de querer repetir la historia. El agua va a remover el cielo y la tierra... y varios otros valores importantes que son del pueblo chileno.
Cuando se sale de una dictadura, siempre, son los frentes de demandas específicas que se amplían los que abren el campo de la renovación política. Y no como en Chile, en que los profitadores de la dictadura y los criminales que la llevaron adelante y mantuvieron el sistema, cooptaron a frescos de todo tipo, Así aumentaron un poco la repartija, al precio de olvidarse de los criminales de lesa humanidad (eso se puede hacer en Italia o Francia y, con excepcional sufrimiento, en Chile sólo con uno pocos. Lo que no impide que, de repente, un nieto reivindique en un escupijato bien dado, a su abuelo asesinado por un tirano… para signo de dignidad saneadora colectiva)
Pero los chilenos van ya respondiendo a sus necesidades y al derecho a tener derechos, a luchar. Es decir, se va produciendo una ganancia de espacio hacia una maduración política. De la buena política: la participativa y no la politiquería que aun dominan los magnates y sus peones. La reacción repetitiva de mentir, de prometer in cumplir, de humillar en silencios de auto-suficiencia que vemos son parte de esos mecanismos de un fenecer político que no va a perdurar mucho. El trato a los niños mapuche, el no cumplir con el cese de la violencia contra las comunidades y el no establecer juicios justos –de pueblos indígenas como el mapuche o el rapanui- o, como en el caso de las comunidades cercanas a las grandes mineras (Caimanes y Luksic; o a Pascua Lama como en el caso Barrick del oro) son parte de procesos que están minando el poder tradicional y estimulando las luchas justas. Hay un Chile que despierta.
Los derechos humanos, insisto, son para respetarlos y no para negociarlos... Aunque gobernantes y empresarios pretendan ser parte de los DDHH's, ellos han demostrado ser la antítesis de estos: transgresores en diversas formas y con los beneficios que esus propios actos conllevan. Estuvieron demasiado ocupados en "servirse" al país en bandeja, siempre con el apoyo de quienes violaban la justicia, la equidad y la democracia. Los Derechos Humanos no se venden ni se compran… Se pueden comprar inmorales y violadores de derechos… pero ese es otro asunto, que no construye una democracia. La historia avanza humanamente hablando sólo si los derechos son respetados.
José Venturelli, Pediatra – Vocero del Secretariado Europeo de la Comisión Ética contra la Tortura.
Hamilton, Ontario –Canadá, 6 de Enero del 2011