Contra el Mapuche: Chile hace juicios a repetición, sin pruebas ni evidencias, los más altos mandatarios, ellos mismos con juicios y fraudes pendientes que juegan a hacerse los dignos y honestos. Ninguno de ellos ha demostrado su honradez y están dispuestos a asesinar al pueblo Mapuche. La violencia es a todos los niveles y en todas la edades.
Aunque no lo “sepamos y cueste creer porque nos hacen creer”, en Chile existe un Estado de represión máxima… aunque nos quieran hacer creer de que existe plena democracia y justicia. Las palabras democracia, justicia y respeto a la “ley” nada significan. La interferencia con la justicia es un estado permanente…
Su origen aún proviene de los que fueron “elegidos como pinochetistas seguros”. Como los que fueron aceptados-designados en el llamado juramento de Chacarillas que le daba autoridad (y amor) eterno al pensamiento del mismo Pinochet. Así, 77 personas le declararon seguirlo de por vida https://es.wikipedia.org/wiki/Acto_de_Chacarillas#Participantes
La “constitución”, por haber sido hecha sin democracia real, sino que seguía la mentalidad enferma del dictador y luego, de sus seguidores, permite todas las formas de violaciones de los derechos que los gobiernos deseen. Desde los fraudes de quienes gobiernen y de los organismos civiles, armados y (dizque) de justicia que se les antoje. Entre los fraudes sabemos que son aquellos donde desaparecen sumas gigantescas de dinero. Son hechos por cualquier sector del gobierno, uniformados, y encontrarán inmunidad e impunidad permanente. Incluso para llevar adelante políticas y actos totalmente ilegales. Basta cerrar los ojos o decir que “todo es justo, legal y democrático”… Así, por acto de magia. Es así como sucede en las democracias de nuevo estilo… “a la chilena”.
Y ha sido esta convicción, criminal y errada, de creerse impune que el gobierno actual repite y repite. Hoy es Ministro del Interior el mismo individuo que lo fue en el primer gobierno de Piñera. También el mismo que fuera nombrado Presidente de La Federación de Estudiantes de la Universidad Católica por el mismo Pinochet. Sabía bien de que en el futuro trataría quienes consideraba sus “enemigos”, como terroristas de modo crónico y, que exige eliminarlos ya sea con cárcel a repetición, con condenas de por vida y, como ocasionalmente ocurre, simplemente asesinándolos. (Esta forma sucede en Chile aunque es más evidente en Honduras, México, Guatemala… pero, como lo dijo Ana Piquer, Directora de Amnistía Internacional hace unos días en una conversación en Radio Universidad de Chile, dedicada a comentar la ausencia total de evidencia y/o de pruebas en la nueva condena a perpetua de quienes ya habían sido juzgados por tercera vez. Este patrón criminal ya existe y es un componente que se usa según les parezca necesario. Es decir, cuando acusar como “terrorista” y hay que entonces, que hay que eliminar. Los hijos de los líderes Mapuche desde su infancia son violentados en sus casas, en las comunidades y, a medida que crecen son abusados como niños. Cuando se los golpea en forma rutinaria aprenden a defenderse. Y el sistema los detiene con sus padres y los tortura. Eso lo he visto en las comunidades, golpeados y heridos hasta por un general que se jactaba de golpear a menores ante el público, con sus “valientes” puños profesionales El General Iván Bezmalinovic de la VIIIa y IXa región, que volaba en helicópteros y descendía de ellos como vengador del mundo. Hoy está en jubilación forzada -y no expulsado por fraudes y otros crímenes que cometió. Es decir, con jubilación generosa, por supuesto. He visto a los heridos con golpes y con escopetazos o balines de goma o de plomo. También con balas. Las operaciones inmorales, tipo “Huracán” del gobierno Bachelet y de su Subsecretario del Interior Mahfud Aleuy contra el pueblo Mapuche, del estilo USA Army, que intentó con el gobierno de Argentina, seguirán haciéndose ilegal sin pruebas. Típicos montajes que las cortes aceptan en su legitimidad.
Tanto el Machi Celestino, como la Machi Linconao y la mayoría de los 9 otros presos fueron juzgado por tercera vez, sabiendo que no tenían pruebas ni evidencias. Se dieron cuenta que son tantas las mentiras y el rechazo que han producido, que solo condenaron a tres. Los hermanos Tralcal habían estado presos (los vi en la cárcel de Temuco) antes, mucho antes del crimen del matrimonio Luchsinger-Mackay. Pero esa es la realidad del pueblo Mapuche: el Estado chileno los considera terroristas y criminales, “sub-humanos”, como si los Mapuches fuesen seres inferiores. Es un juicio de un Estado criminal, racista y que cree tener derechos sobre la vida de todo el pueblo Mapuche. De allí que asesinarlos, golpearlos en la infancia o en edad anciana, no les importa.
Es interesante que tanto Andrés Chadwick, como el mismo Presidente Piñera, que ya sin pruebas ni evidencias condenaron al Machi Celestino cinco años atrás por algo sin pruebas… se impusieron “porque sí” y ahora se abre el juicio contra los mismos nueve… pero sin que nada cambiase en las evidencias, solo acusan a tres de ellos. Incluso a uno de ellos se los condena por a cadena perpetua… PERO SIN NUEVAS PRUEBAS O CAMBIO DE LAS ANTERIORES! Al Machi Celestino se lo mantiene por 18 años sin que nunca se le haya probado nada!.
Esto muestra que la justicia, como tal, en Chile, es errática, injusta y no es respetable. La Corte Interamericana de Derechos Humanas sigue denunciando el carácter injusto y racista de sus bases.
Por ello, cuando a un condenado Mapuche lo dejen libre, como otros MAPUCHE, CON O SIN RAZON, lo seguirán arrestando y acusándolo de terrorista… sin pruebas! Como muchos otros Mapuche será detenido en otras oportunidades… Muchos son los que se pasan la vida de encarcelamiento a encarcelamiento. Basta ser Mapuche para que en las mentes enfermas de presidentes y ministros eso sea justificable. Los hijos de los dirigentes Mapuche, desde su infancia son golpeados y detenidos. Repetidamente y, por cualquier razón, cuando ya son adolescentes, los detienen –sin pruebas, por supuesto! El caso de Héctor Llaitul y de muchos otros se repite. Van arrestando al padre y luego al hijo… y después a ambos y al nieto e, hijo y en nieto… Mientras no tengamos una verdadera democracia y una Constitución digna, nada cambiará. Los fraudes y estafas que se repiten seguirán siendo parte de es paisito inmoral. El poder Judicial hace el juego… y permite estas detenciones de modo injusto y crónico. La ausencia de evidencias no es un problema: incluso en casos que han sido denunciados por las autoridades judiciales internacionales. La pretensión de la clase patronal y de los ricos, de creerse Blancos, europeos, superiores, es una de las lacras importantes de la sociedad chilena. Desprecio al pobre y al Mapuche. El poder tradicional es abusivo y se pretende infalible… y es capaz de lo peor. Haber usado la violencia contra el pueblo Mapuche los enorgullece y tiene como héroes a quienes lo han hecho.
Los Machi, y su pueblo, donde quiera que estén, para los Larraín, Piñeira, Chadwick son despreciables y los “poderosos”, por su racismo se niegan a ellos mismos tener algo de dignidad: no saben lo que es respetar derechos lógicos, humanos… Los casos del Machi Celestino y de la Machi Francisca Linconao demuestran la pobreza de los argumentos de los “poderosos”. El pueblo Mapuche junto a sus machi luchan por derechos humanos fundamentales y sufren una represión inaceptable.
Lo que sí es curioso es que tanto el ministro de Justicia Larraín, el Presidente Piñera y el Ministro del interior Andrés Chadwick, todos de conocida trayectoria ultraderechista, ante la huelga de hambre del Machi Celestino Córdova, que lleva más de 4 años con una condena inmoral, exigida por los dos primeros a pocos días del asesinato del matrimonio Luchsinger-Mackay sin pruebas ni evidencias de ningún tipo, indicaron no aceptar la petición de poder visitar su rewue “porque ellos no aceptaban negociar bajo presiones de ningún tipo”. Pero han aceptado seguir juzgando nueve personas contra quienes no encontraron pruebas. Como a otros Mapuche, han juzgado tres veces a los acusados que fueron encontrados inocentes. El Estado, fuera de juzgar en forma racista e ilegal, ha seguido culpando a personas inocentes. Chile, avergüenza sistemáticamente.
Para que esto se termine un día tendremos que tener democracia, gobiernos con ética y sin equipos represivos como los actuales. Donde la violencia que conocemos no será permitida y los fraudes serán juzgados. Y los presidentes y ministros que lleven adelante sus guerras sucias y usen leyes criminales no serán aceptables. Debemos creer en un país digno, con una Constitución realmente democrática y no el mamarracho actual. donde magnates deciden y facilitan el saqueo de un pueblo.