Los juicios y actitudes contra el pueblo Mapuche, al que se le maltrata, margina y excluye siguen siendo parte del Chile actual. La violencia contra sus niños lo confirma a diario.
Comunidades Mapuche exigen que al Machi Celestino Córdova, juzgado "a la mala" y condenado para quebrarlo cumpla su pena en el Centro de Educación y Trabajo (CET) de Vilcún. Pero el Estado le prohibe, por su condición de autoridad de su pueblo, que mantenga los derechos de ser parte de su tierra y de su medio. Esto es una violación expresa a las normas de Naciones Unidas en lo que se refiere al trato de los pueblos indígenas.
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Y no solo esto es urgente... aunque se haya postergado por el Estado que nunca acepta los valores humanos y la cultura Mapuche. Alejarlo de sus hijos, familia y comunidad, sin justificación real, basado sólo en la ira política de un Estado dedicado a una guerra sucia, que no cesa.
El que al Machi Celestino Córdova le hayan dado una larga condena sin haber podido mostrar evidencia clara y, en cambio hayan usado elucubraciones hechas por cortes (de Apelaciones y Suprema) sometidas a la presión del gobierno que exigía un juicio-linchamiento por ser un juicio político, es un hecho grave y ajeno a una justicia legítima. Fallaron incluso, en su error grosero de ni siquiera respetar las víctimas del crimen de Vilcún, la familia Luchsinger-McKay, que no recibieron el gesto honorable de hacer un juicio en justicia, respetando el Debido Proceso. Fue la obra directa del gobierno Piñera y de su Ministro del Interior – conocido como perseguidor hasta de los miembros de la vicaría de la Solidaridad cuando él se sentaba a la diestra del dictado mismo. Y, sabemos, Andrés Chadwick, tiene fama e historia de racista y y de ser parte de la línea dura de Pinochet. El que el gobierno Bachelet se haya escondido y no forzado un juicio justo en el caso de Vilcún, por haberse tratado de un juicio viciado, es indicativo de que la justicia es una de sus debilidades y que se presenta, precisamente, en el terreno del racismo y la persecución contra el pueblo Mapuche. Estos días hemos vuelto a ver que los niños Mapuche son maltratados en forma sistemática y el gobierno nada dice ni hace por protegerlos.
Y cuando la justicia falla y se la manipula, todo termina fallando.
Un segundo ejemplo de esta violencia e injusticia contra el pueblo Mapuche: atropellos y exclusiones que se le imponen a los niños Mapuche (incluyendo el encarcelamiento de sus padres)
http://radio.uchile.cl/2014/06/28/violencia-policial-contra-ninos-mapuche
Luego de cientos de allanamientos a las comunidades mapuche, después de varias denuncias por violaciones a los derechos humanos de adultos y niños, el Estado no exige justicia ni cumple con el deber de proteger a todos los habitantes del país.
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La violencia contra la infancia y jóvenes es un crimen de lesa humanidad. El que el gobierno actual lo permita y no establezca una clara, inequívoca actitud de rechazo a este abuso lo pone en el mismo nivel de la dictadura. Con el agravante que durante el primer gobierno de la Presidenta Bachelet, la represión contra las comunidades fue igualmente intenso que con los otros gobiernos post Pinochet. El asesino de Alex, menor de 16 años al momento de su muerte, siguió tranquilo y protegido en las fuerzas de carabineros.
He tenido la triste oportunidad de ver a niños Mapuche heridos y golpeados, a sus madres y abuelos humillados por esos actos. A los presos Mapuche en huelga de hambre porque "la justicia chilena" es una mentira. He participado y he visto las presentaciones de denuncia contra estos crímenes y ante los cuales los gobiernos pretenden ignorarlos. La evidencia es enorme: entregada a los organismos de Derechos Humanos de Naciones Unidas, informes de profesionales de la salud, evidencias fotográficas incuestionables y atroces del crimen. Ver un importante informe: http://libertadninos.files.wordpress.com/2012/08/informe-violencia-institucional-nic3b1ez-mapuche-20121.pdf
No habrá perdón ni justificación por estos crímenes contra la humanidad. Este tipo de Chile "brillante para los negocios de unos pocos" y una pesadilla para los menores y jóvenes que se están formando bajo un guerra sucia pasará a la historia como uno de los puntos más repudiables de nuestra historia. Ningún gobierno podrá ser perdonado. Ninguno.
Jamás el crimen contra los niños será olvidado y quienes lo permitan deberán recordar que los crímenes contra los niños llevarán, indelebles, los versos de acusación y condena: El crimen contra los niños no prescribe y siempre es una urgencia humana y social. Cuando se maltrata por crímenes politicos a los niños, siempre sera válido y parte del contexto donde haya sucedido. Neruda, al ver el crimen nazi-fascista en España, en el que se asesinaron niños, lo dijo en forma muy explícita. Y eso sigue siendo válido hoy en día. Porque el crimen contra la infancia es un crimen de lesa humanidad. Así lo expresó Pablo Neruda:
Las araucarias indómitas siguen en pie |
(...) y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.
(…)
Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!
(…)
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.
(de “España en el corazón”. Pablo Neruda)
Quien se asocie o ignore estos crímenes deberá escuchar estos versos por toda su vida. La violencia contra los niños no se olvida ni se perdonará: estará siempre presente en el recuerdo. El pueblo Mapuche lo recuerda y exige justicia hoy y siempre.
El hacer vivir a los niños mapuche en la miseria, que se les den las peores escuelas y se les impida crecer en su cultura, junto a sus padres y fuera de la violencia que el Estado les impone no es algo que se olvide..
Los niños mapuches no les van a dejar dormir