Un tema aterrador para no solo las generaciones futuras: ya lo es para las actuales.
Chile ya no hace agua... está peor que eso: se va secando mientras aumentan las fortunas
más inmorales con su explotación mercenaria. Este es un tema para imponerlo en las
discusiones (si las llegase a existir) durante el circo electoral... Y el agua del mar ya ha sido vendida. Todos tenemos parte de esta responsabilidad. El artículo de Cambio 21 ayuda a orientarse y es tarea de segur buscando para recuperar un derecho de todos los habitantes de este país mercenarizado.
Para que cambie y se pudiera recuperar será necesario cambiar toda la estructura constitucional, administrativa y los objetivos mercenarios de la sociedad chilena, impuestos por la dictadura y mantenidos por los contubernios de magnates y organizaciones partidistas que mantienen el modelo social de marras y la represión que lo asegura.
Para que cambie y se pudiera recuperar será necesario cambiar toda la estructura constitucional, administrativa y los objetivos mercenarios de la sociedad chilena, impuestos por la dictadura y mantenidos por los contubernios de magnates y organizaciones partidistas que mantienen el modelo social de marras y la represión que lo asegura.
Chile ha seguido sufriendo mayoritariamente (salvo para los que tienen el control del país y sus magnates asociados) con la rutina de: si hay agua, el pueblo se inunda y pierde. Si hay sequía (cada día más por el abuso hecho por los dueños del agua y de los que la pueden usar) también sufre. Miren quienes la poseen, la usan... luego de haberla recibido en forma gratuita (por obra y gracia del dictador y su equipo que aún rige) Las fortunas que se hacen son inmensas. Basta haber sido intendente de algunos lugares y luego es la familia entera la que se enriquece. Miren el caso de la familia del Intendente de Copiapó...
"El caso más reciente es del nuevo intendente de Copiapó, Rafael
Prohens Espinosa (RN), quien llegó en reemplazo de Ximena Matas.
Presidente de la Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del
Valle de Copiapó, se desempeñó como alcalde de Tierra Amarilla y
concejal por Copiapó. Es uno de los empresarios agrícolas que se ha
enriquecido gracias a la alarmante sequía de la cuenca del río Copiapó y
que tiene al gobierno y a sus habitantes en estado de alerta. Según el
director de la DGA, Matías Desmadryl, Copiapó es la "zona más compleja
del país en cuanto a déficit del recurso hídrico".
"Prohens obtuvo US$ 4 millones de dólares al vender a una minera
derechos de agua que el Estado le había entregado de forma gratuita.
Derechos que fueron otorgados sin restricciones y de manera gratuita
gracias a las normas del Código de Aguas aprobadas en 1981, lo que en la
práctica significó la privatización del recurso, según publicó el
portal de investigación Ciper Chile."
"
Esa operación de compraventa que enriqueció a Prohens, al mismo
tiempo empobreció la cuenca. El nuevo intendente no sólo se benefició
con la sequía, sino que colaboró a agudizarla. Esto, porque la minería
usa el recurso de manera permanente y sostenida durante todo el año, a
diferencia de la agricultura, que lo utiliza a plenitud sólo algunos
meses."
Es necesario considerar el agua por lo
que es: un elemento vital, un derecho inalienable. Todos los que se enriquecen
con el agua actúan como delincuentes. El que las leyes se lo permitan demuestra
que la Constitución es inmoral y debe ser derogada. Una Asamblea Constituyente
tiene la posibilidad de hacerlo. Mientras persista la actual, el problema solo
se hará peor. La lucha del pueblo
mapuche denuncia esto en forma muy clara y permanente… y eso es una de las
razones más poderosas para que el Estado, el Gobierno y las empresas forestales,
de la celulosa y mineras use violencia y montajes en una persecución judicial ilegítima que vemos a diario. El norte mineral ve como el agua se acaba para los pueblos y sus necesidades fundamentales. Las empresas, entre tanto, no dejan nada para el país. ¿Puede ser democrático un país que funciona de este modo?
Recuperar el agua como derecho y que sea garantizada como un campo que solo puede ser público es tarea fundamental para todos los habitantes de este país que creía, con sus montañas y océano, tenerla asegurada por muchísimas generaciones.