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Sunday, July 20, 2014

Masacre de Napalpí, de los pueblos Qom y Mocoví en 1924, muestra las semblanzas de los procesos seudo-libertarios del continente.

Argentina: Un mural recuerda en el
lugar la masacre que incluyó a
mujeres, ancianos y niños


Napalpí, la masacre impune
Gentilmente enviado por kanandary kanandary@hotmail.com [puelmapu] <puelmapu@yahoogroups.com>

El 19 de julio de 1924, unos 700 indígenas fueron cercados por la policía en el Chaco: quienes no murieron baleados, fueron degollados. Habían protestado por la explotación a la que eran sometidos. Recién ahora se puso en marcha una investigación. Hoy habrá un acto.
Por Darío Aranda
Fue una de las mayores masacres argentinas del siglo XX. Al menos 700 víctimas, incluidas mujeres, ancianos y niños. Quienes no murieron por las balas policiales, fueron degollados con machetes y hachas. El motivo de la represión fue la negativa a ser mano de obra esclava, denunciar maltratos y, también, el ser indígenas. La orden fue política; el motivo, económico (el avance algodonero y la necesidad de brazos para la cosecha), y los ejecutores fueron la policía y grandes terratenientes. Sucedió en Chaco, hace noventa años, y hoy los pueblos indígenas conmemoran la matanza que se conoce como “Masacre de Napalpí”. El crimen aún sigue impune. “Es crucial analizar la masacre de Napalpí en el marco de un proceso social genocida que sigue teniendo consecuencias sobre los pueblos originarios”, afirmó Marcelo Musante, integrante de la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena.

En 1922, el radical Marcelo T. de Alvear había reemplazado en la presidencia a Hipólito Yrigoyen. El Territorio Nacional del Chaco ya se perfilaba como el primer productor nacional de algodón. La superficie sembrada en Chaco era de 100 hectáreas en 1895. Para 1920 había crecido exponencialmente: 50 mil hectáreas.

La Reducción Aborigen de Napalpí (a 120 kilómetros de Resistencia) era un espacio de sometimiento donde los indígenas eran obligados a trabajar en condiciones de semiesclavitud. Los maltratos eran frecuentes y no tenían los mismos derechos que el resto de la población.

En julio de 1924, los indígenas Qom y Mocoví se declararon en huelga. Denunciaban los maltratos y la explotación de los terratenientes. Y planeaban marchar a los ingenios azucareros de Salta y Jujuy. Pero el gobernador Fernando Centeno les prohibió abandonar Chaco y, ante la persistencia indígena, ordenó la represión. El argumento oficial fue una supuesta “sublevación” indígena.

El 19 de julio a la mañana, 130 policías y civiles (enviados por grandes estancieros) rodearon a los grupos en huelga y dispararon con rifles durante 45 minutos. Mataron a hombres y mujeres, ancianos y niños. “El ataque terminó en una matanza, en la más horrenda masacre. Los heridos fueron degollados, algunos colgados”, relata el libro Napalpí, la herida abierta, del periodista Vidal Mario.

Un mes después de la matanza, el 29 de agosto, el ex director de la reducción Enrique Lynch Arribálzaga escribió una carta al Congreso nacional: “La matanza de indígenas continúa en Napalpí y sus alrededores. Parece que los criminales se hubieran propuesto eliminar a todos los que se hallaron presentes en la carnicería del 19 de julio, para que no puedan servir de testigos”.

La prensa de la época repitió el discurso del gobierno u omitió el hecho. Pero hubo excepciones. El periódico Heraldo del Norte denunció: “Sin que los inocentes indígenas realizaran un solo disparo, los atacantes hicieron repetidas descargas de disparos en medio del pánico de los indios, más mujeres y niños que hombres. Se produjo la más cobarde y feroz carnicería, degollando a los heridos sin respetar sexo ni edad”. El corresponsal del diario La Razón escribió en julio de 1924: “Muchas hectáreas de tierra en flor están en poder de los pobres indios; quitarles esas tierras es la ilusión que muchos desean en secreto”.

El sociólogo Marcelo Musante, de la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena, se especializa en el proceso represivo de Chaco. Explica que Napalpí fue parte de un sistema de reducciones estatales implementado en Chaco y Formosa, suerte de campos de concentración para poblaciones originarias donde se ejercían acciones de control y dominación. “La discusión pública debe preguntarse por qué el funcionamiento estatal, cuando refiere a pueblos indígenas, promueve recurrentemente acciones represivas. Ejemplos claros son la feroz represión ocurrida en Pampa del Indio (Chaco) a inicios de este año, lo que ocurre en la comunidad Qom La Primavera (Formosa) o en Santiago del Estero.”

Juan Chico es Qom, nacido y criado en el lugar de la matanza (hoy llamado Colonia Aborigen). Escribió (junto a Mario Fernández) el libro Napalpí. La voz de la sangre. Recordó que las comunidades siguen peleando para que el lugar se vuelva a llamar Napalpí, detalló que los asesinados fueron al menos 700 personas (mucho más de los 200 que mencionan los diarios de la época) y valorizó que en Chaco se hable cada día más de la masacre de indígenas. También trazó un paralelo al presente: “Argentina ha avanzado mucho respecto de los derechos humanos, pero pareciera que los indígenas tenemos derechos humanos de segunda, parte de la sociedad nos sigue considerando inferiores y nuestro genocidio sigue invisibilizado”.

En 2008, el gobierno de Chaco pidió públicamente perdón por la matanza y entregó una vivienda a la sobreviviente Melitona Enrique. Hoy a las 18 habrá un acto conmemorativo en el lugar de la matanza. Será interno de los pueblos Qom y Mocoví, recordarán a las víctimas y volverán a exigir justicia. A noventa años de la masacre, el crimen permanece impune.
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Comentario de José Venturelli:

La historia de nuestro mundo latinoamericano está plagada de historias como la masacre de Napalpí, en el Chaco, Argentina. Masacres impunes y forzadas en un olvido culpable, impuesto por los Estados que los perpetraron. La Cordillera de los Andes, en toda su dimensión y en las planicies que de ella se forman, han sido testigos de tantos crímenes que cientos de ríos no consiguen lavar y siguen todavía en la impunidad. De hecho, muchos de los crímenes actuales son, precisamente, por reivindicar existir, exigir justicia. Pueblos en los que los genocidios activos o pasivos, -a través de la explotación, inequidad y exclusión total (falta de escuelas para sus culturas, desprecio por su cosmovisión, falta planificada de sistemas de salud adecuados y acciones que aseguraran una protección social o facilitar un desarrollo humano que les fuera propia...
De hecho, en este mundo no ha habido independencia en ninguno de ellos.  Excepto, quizás, en Haití cuya trágica evolución nos avergüenza por la brutalidad de la represión del imperio francés derrotado por el pueblo mismo. Represión genocida que se hiciera por haber sido los haitianos los primeros en levantarse y buscar una forma de liberación e independencia en toda América latina. Las otras "independencias" fueron en contra de los pueblos indígenas, los llamados pueblos originarios.
Esta represión sanguinaria, cuyo objetivo era el de facilitar las ganancias de los "independentistas" argentinos nunca tuvo por objetivo el desarrollo y progreso de los pueblos Qom (o tobas) y Mocoví. Los esfuerzos de hoy por recordarlos merecen ser conocidos y, aunque tardíamente, deben ser genuinos: deben incluir el respeto de los pueblos indígenas que hoy siguen siendo perseguidos bajo el racismo vergonzoso que se da en torno a la espina dorsal del continente americano. Nunca tendremos democracia si esa justicia no se da.


Izquierda  Norte <        Pueblos originarios de Chile          (arriba: Argentina)
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/3b/Pueblos_indigenas_de_Chile.svg/1920px-Pueblos_indigenas_de_Chile.svg.png






Esta idea de los "pueblos originarios de Chile" es antojadiza... hecha por los conquistadores o los seudo-liberadores. Esos pueblos existían mucho antes que Chile... y cuando este apareció, solo hizo reprimirlos. Por ejemplo, el que los pueblos del "Norte grande" aparezcan como "chilenos" se debe a que Chile invadió grandes regiones de Perú y de Bolivia (para asegurar el salitre para el imperio británico) y, no habiendo sino contribuido a la pobreza y represión de los llamados pueblos originarios regionales, nada ha hecho por aportar objetivamente a su desarrollo social y humano.  El Pueblo Rapanui, es incluido solo como parte del botín de la guerra del Pacífico ya que ese territorio estaba bajo control peruano para 1870. Fue simplemente en septiembre de 1888 anexado por un capitán chileno, Policarpo Toro, que la anexó con las razones de la violencia y la "aprobación' de los "Jefes Rapanui". En el gobierno Piñera (2010-14) se mandó una misión represiva a Isla de Pascua para "controlar" mediante la violencia de fuerzas especiales las demandas territoriales y de derechos del pueblo Rapanui. No es mucha la contribución de Chile hecha a estos pueblos. 

Como en el resto de los países latinoamericanos, los indígenas fueron considerados como material de esclavitud, es decir, los que facilitarían el enriquecimiento de quienes reemplazaban a los colonizadores. Cual fuese el origen de los "conquistadores" en sus países las independencias nunca tuvieron la orientación de generar justicia, equidad, respeto y desarrollo genuino de los pueblos originarios.  Ya el imperio español ni siquiera se dignaba atribuírles alma... por más de un par de siglos. Y, cuando lo hicieron, fue para manipular una herramienta de alienación y control. La iglesia hizo su papel de colusión con los poderes, para forzar la sumisión, la alienación y la obediencia total... Obediencia que, de no ser respetada, los indígenas merecían ser masacrados como en la Masacre de Napalpí (ya avanzado el siglo XX) descrita acá  (http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-251066-2014-07-19.html) . Modelo usado por las dictaduras...

Los genocidios de los Mapuche en el Puelmapu -mundo Mapuche del este de la cordillera de los Andes- fue intentada (casi conseguida en Argentina), y no tanto ni por falta de intento, en el Wallmapu, es decir, Chile o regiones al occidente de la misma cordillera. Hoy en Chile, más que en Argentina, la represión ha aumentado porque el pueblo Mapuche ha alcanzado un alto grado de unidad en su lucha como pueblo. El Estado chileno, sin embargo, funciona como un poder altamente racista y represivo y que ha seguido usurpando tierras. Si bien el desarrollo de las reservas creadas por el estado chileno en el proceso de usurpación de tierras llevó a millares de Mapuche a vivir en semi-esclavitud en las ciudades mayores, la población aproximada de 1,5 millones de Mapuche vive hoy en menos del 6% de las tierras Mapuche originales... La miseria impuesta no podía sino llevar a una resistencia que hoy el Estado criminaliza y combate con sus intereses inmorales.  Para ello hoy se usan los conceptos del Apartheid "a la chilena" y una "guerra sucia" (es decir, guerra de baja intensidad (y de máxima impunidad), para las fuerzas policiales y de quienes los mandan.

Los procesos de exterminio de los pueblos indígenas no han parado... salvo en aquellos lugares en que las luchas les han permitido contener los genocidios. Viviendo en extrema pobreza los Mapuche parecen ser los más numerosos. Los pueblos del macizo andino de Bolivia, Perú y Ecuador, pueblos donde hay enormes luchas y hoy han logrado tomar mayor control de sus destinos, parecen ser los de mayor número existiendo varias etnias entre ellos. Pero son muchos los pueblos ya exterminados.  Parecen subsistir algunos Onas o Selknam ( http://www.limbos.org/sur/selkn.htm ) quizás, dicen los optimistas, unos 400 individuos, en el extremo sur occidental de las islas próximas al Estrecho de Magallanes y al sur de la distribución Kawesqar). Con una distribución próxima sabemos de los Kawesqar (pueblos canoeros o Alacalufes), pero en la Patagonia "chilena", quedan unas 8 familias, que luchan a nivel nacional y denuncian sus problemas internacionalmente. Apenas logran mantenerse como pueblo por lo que son las limitaciones e imposiciones represivas del Estado chileno que busca apropiarse de las fuentes de recursos y riquezas y en lo que a salud, educación, estímulo para el desarrollo como pueblo, nada ha hecho. ( Sobre los Kawesqar:   http://derechoshumanosyjusticiaparatodos.blogspot.ca/2013_03_01_archive.html  Y un documento importante del Pueblo Kawésqar ante el consejo latinoamericano de los pueblos indígenas: http://kawesqar-aswakiar.blogspot.com/2012/09/0-false-21-18-pt-18-pt-0-0-false-false.html ) Los Yaganes, que hacia 1980 eran unas 3000 personas hoy parecen ser no más de 70, mezclados con la población de Puerto Williams, al sur del Canal de Beagle. Las políticas impuestas relativas a los pueblos indígenas han sido, "por obra y gracia del espíritu (no tan) Santo" -y las asociaciones terrenales con los diversos poderes que la Iglesia obtuvo, usó y defendió a sangre y fuego, llevaron al sufrimiento, exterminio y extrema pobreza. Sabiéndose de su férrea relación con el poder económico y militar, los poderes fácticos han sido una estafa social y un fraude que sólo los silencios culpables de las sociedades opresoras han permitido que poco se sepa al respecto e, incluso, se haya podido presentar a los indígenas de manera que su eliminación apareciera "hasta justificable".

José Venturelli, Pediatra
Vocero Internacional del Departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico de Chile

























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